Capítulo 8

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Habían pasado dos semanas desde mi graduación y la llegada de mis padres. No podía recordar cuando fue la ultima vez que pasaron tanto tiempo en casa, y aunque en un principio estaba realmente disgustada con ellos por la disparatada idea del compromiso, ahora no lo pensaba demasiado. En cambio, las clases de cerámica me tenían totalmente distraída. Apenas era mi tercera clase y al igual que la vez anterior, me planteaba seriamente dejarlas. Alan parecía disfrutar de mi sufrimiento. Al contrario de mis patosos intentos en clase, él se manejaba a la perfección con el torno y la arcilla. No podía parar de preguntarle en cada lección como era posible que un principiante hiciese las cosas tan bien. El maestro también estaba muy complacido de su trabajo y Alan, bueno, él por supuesto rebozaba alegría de hacer lo que le gustaba.

Desde el lunes, no había tenido contacto con Lautner. Luego de que llegase a rescatarme de mi "hundimiento sentimental" mis pensamientos hacia él había mejorado. Pensé que tal vez tenerlo de amigo era una buena idea. Pero el pelinegro no me había escrito o llamado en tres días y yo me negaba a hacerlo, por supuesto.

Justo a la salida de las clases de cerámica recibí un mensaje, saqué el móvil de la cartera y camino al carro fui leyendo, era de Carl— ¿Pasa algo? — me pregunto Alan.

—¿No por? — le contesté luego de bajar el teléfono.

—No lo se, pareces contenta por algo. Pensé que tendrías nuevas noticias para mi.

—¿Contenta? ¿Qué te hace pensar que lo estoy?— le miré confundida.

—La sonrisa que se te dibujó cuando miraste la pantalla ¿Tal vez? O tal vez la cara de " feliz cumpleaños" que tienes ahora— respondió con una sonrisa.

—Estas ciego— comenté disgustada.

—¿Era tu prometido?

—Si— volví a responder sin animo.

—Me alegra que las cosas vayan bien entre ustedes, Kate. No podría soportar que mi mejor amiga sufriese por otra persona. No querría ver eso jamás— agregó. Sabía que en Alan no había una pizca de maldad. Pero si alguien me estaba haciendo sufrir en aquel momento, no era más que él con cada puñal disfrazado de Friendzone que me lanzaba. —¿Y? ¿Van a quedar?

—Creo. No lo se— suspiré. Al levantar la mirada que había dejado caer unos minutos atrás, me encontré con Carl esperándome un par de pasos más allá. Estaba recostado sobre su auto y comenzó a agitar su mano en cuanto me vio. Traía unas gafas negras polarizadas, a juego con su pantalón, sus zapatos y su cabello. Los primeros botones de su camisa blanca estaban desabotonados y dejaban ver su clara piel detrás. Me di cuenta de que no tenia pelo en el pecho y me gustaba. Nunca había sido muy fan de los hombres con vello en el torso, aunque no negaba que algunos lo lucían bien— ¿Qué tal chicos? — saludo en cuanto nos aproximamos. Le dio la mano a Alan y me agarro de la cintura antes de darle un par de besos en cada mejilla. Sentí un escalofrío recorrer mi cuerpo. Pensé que me besaría delante de Al.

—Muy bien Lautner— respondió mi amigo como siempre, con una sonrisa en el rostro sin muestra de antipatía— Justo estábamos hablando de ti.

—Alan...— susurré rogando que se callase.

—¿Ah, si? Supongo que sería algo bueno— averiguó él pelinegro.

—A decir verdad, si. Le estaba comentando a Kate que me alegraba ver que las cosas respecto a vuestro compromiso se habían calmado un poco. Ya no le veo tan reacia a tener contacto contigo.

—Alan, por favor...— volví a insistir entre dientes que cerrase la boca.

—¿De veras?— sonrió Carl complacido— Me alegro— me tomo del hombro— Me preocupa que no pueda llegar a llevarme bien con ella.

Estamos ComprometidosWhere stories live. Discover now