Venir al mundo por error, tener trastorno de pánico y poseer un coeficiente intelectual brillante, eran cosas de Emma Miller. No podemos dejar de mencionar la ansiedad, que la azotaba en los peores momentos, y lo ingenua e inexperta que podía llegar...
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Eugene fue claro con respecto a la privacidad de su dormitorio, lástima que a Emma no le importó escucharlo y esa tarde, después de su curso extra de fotografía de los domingos, abrió la puerta de golpe, sin haberla tocado. Colin la miró, con un lápiz en la boca, estaba sentado en su cama con la espalda pegada contra la pared, tenía de compañía a Alan, pero estaban en silencio porque el dueño del cuarto estaba estudiando.
Emma gruñó y rápidamente se acercó a Colin para arrebatarle su cuaderno, también le quitó el lápiz de la boca para partirlo en dos. ¿Fue completamente necesario hacer lo segundo? Colin se puso de pie, enojado, y usó toda su fuerza para sacarle su cuaderno de las manos. Alan, quien se encontraba acostado en la parte arriba de la litera, se sentó para mirar la acción desde la cima de su trono.
—¿Qué demonios te sucede? —Colin le quitó el lápiz roto y la miró con el ceño fruncido. En ese momento, Emma se sintió completamente diminuta ante el gigante delgado, incluso se arrepintió de todos sus actos, pero no iba a dejar que él la dominara.
—Eres un rompepromesas.Hace tres semanas me prometiste que serías mi mentor frente Brandon y lo has evitado. Salí del curso extra hace cinco minutos y me lo encontré hablando con una chica de primer año, una a quien Vivian le lee las cartas los domingos por la noche —señaló con su brazo hacia la puerta.
Colin volvió a sentarse, —Llegas en un mal momento, corazón. Verás, estoy en medio de algo importante. Vuelve en otras tres semanas más, quizá esté disponible para entonces.
Emma miró el cuaderno, borroneado y tachado, dedujo que el cerebro de Colin no estaba pudiendo con su propia tarea, entonces, le robó el cuaderno por segunda vez y comenzó a resolver el ejercicio con el lápiz partido. Colin se burló al ver cómo ella caminaba por el cuarto mientras escribía en la hoja; no la estaba subestimando, pero le pareció una tontería que se creyera capaz de descifrarlo cuando no tenía conocimiento sobre física nivel Isaac Newton.
—Aquí tienes. —Emma lanzó el cuaderno sobre la cama y cruzó sus brazos debajo de sus pechos. Colin entrecerró los ojos y tomó el cuaderno—. Ahora que resolví todos tus problemas, ¿me ayudas, por favor?
Colin se quedó mirando el ejercicio resuelto y no pudo disimular su cara de asombro.
—Colin tuvo un orgasmo nerd. —Alan le echó burla y rió por la nariz como un cerdo. Emma acababa de percatarse de su presencia, lo miró y negó con el ceño fruncido, lamentaba que estuviera presente en un momento como ese, en el que necesitaba seriedad.
Colin lanzó el cuaderno sobre la cama, —Tienes que enseñarme a pensar así. Entre tus cualidades, nunca mencionaste tu conocimiento sobre física matemática nivel pro. ¿Quieres ser mi maestra particular?
—No, tengo cosas más importantes. —Emma puso los ojos en blanco, haciendo referencia a lo que él acababa de decir minutos atrás. «Estoy en medio de algo importante». Colin mordió con fuerza y se alejó hacia la ventana—. Prometiste que me ayudarías con Brandon. No tienes palabra, Colin Oschner.
