Nuestra Boda.

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Escoltaron a MinSeok hasta el salón de ceremonias, las puertas estaban cerradas pero podía escuchar algunos murmullos de la gente. Su cuerpo temblaba por completo, sus manos sudaban demasiado y su corazón se saldría de su pecho en cualquier momento.

—Príncipe Kim —la señorita Boa se acercó a él con una ligera sonrisa. —Respire hondo, sonría y disfrute su boda.

—Mi pequeño —volteo a la voz de su padre, quién veía boquiabierto a su hijo. —te ves hermoso, hijo.

Seok negó sonriendo pero en verdad se veía hermoso pues su vestimenta consistía en un traje blanco al igual que sus botines, bordados en el saco con hilo de oro, una capa color crema que tapaba su pequeña colita inquieta y una corona de flores sobre su cabello adornando sus orejitas. Un poco de maquillaje sobre su rostro, sobretodo en esos finos labios rosados los cuales brillaban aún más esa noche.

—Esta todo listo, señorita Boa.

Ella asintió entregándole un pequeño ramo de flores blancas al futuro esposo, su padre alzó su brazo y Min lo tomó con su mano libre, respiró hondo y las grandes puertas de madera se abrieron.

Una pequeña orquesta comenzó a tocar y con pasos ligeros pero firmes, avanzaron hacía el altar donde JongDae lo esperaba con una radiante sonrisa.

El pequeño roedor casi se queda sin aire al ver a su futuro esposo; ese traje azul marino con bordados de oro negro, una capa oscura sobre su espalda y botines negros combinaban tan bien con él que apretó el brazo de su padre haciéndolo reír un poco.

Soltó su brazo y entregó esa delicada mano al futuro esposo de su hijo, quién sin dudar la tomó enseguida brindándole esa tranquilidad que tanto necesitaba. Una vez ambos en el altar, el pastor indicado por la congregación dió inicio a la ceremonia.

No es que no le importará lo que decía el pastor acerca del matrimonio real, pero JongDae no podía despegar la vista de MinSeok, ver esos ojitos que tanto adora, atentos ante cada palabra, esa naricita que tanto le gusta besar después de hacer el amor cada noche y esa boquita la cual lo hace tener pequeños ataques al corazón cada vez que le sonríen ante cualquier situación.

—Comencemos el ritual.

Dos hechiceras vestidas de blanco se acercaron a cada uno de ellos, quitaron las capas de sus hombros y desabrocharon un poco la camisa blanca del cuello de Min dejando ver la marca de JongDae, el pastor asintió una vez se aseguró de que estaban emparejados y ellas la cerraron de nuevo. Retiraron las flores del cabello de Seok y juntaron ambas muñecas de los príncipes.

—Un lazo de amor entre híbridos es aún más poderoso que el de cualquier humano o ser, pues estarán unidos para siempre en está y si tienen suerte, en otras vidas más.

El pastor apreso sus muñecas entre sus manos y comenzó a hablar en su lengua natal, dejando ver pequeños destellos brillantes que asombraron a Min.

—Hoy los declaro en matrimonio real —una de las hechiceras coloco una gran corona de oro con piedras preciosas de diferentes colores, sobre la cabeza de JongDae. —¡Saluden al rey Kim Jong Dae! —la otra hechicera colocó una corona más ligera pero no de menor valor, sobre la cabeza de Min. La corona era de oro con diamantes blancos incrustados. —¡Saluden al rey Kim Min Seok!

El pastor soltó sus muñecas y se alejó al igual que las hechiceras, JongDae suspiro, se levantó sobre sus rodillas y tomó la mano de MinSeok ayudándolo a levantar.

—¡Vivan los nuevos reyes de Leopard!

La gente se levantó de sus asientos y aplaudió fuerte al ver como los nuevos reyes cerraban su ceremonia de matrimonio con un dulce beso sobre sus labios.

New King / ChenMinWhere stories live. Discover now