II.

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"Me siento un poco culpable."

Es lo primero que le dice Gabriel a Gastón cuando se acerca a pedirle un trago al bar que esta cerca de la pileta descubierta del hotel, al mediodía del día siguiente.

Gastón es uno de los huéspedes favoritos de Gabriel. No es una persona engreída o con la cual es imposible de hablar. Gabriel lo conoció de casualidad el año anterior y habían terminado siendo amigos.

"Deberías estarlo," dice Gastón mientras acepta el vaso que el otro le pasa.

"Debería haberme quedado callado," dice Gabriel "Pero es que no lo puedo evitar, ese pendejo me saca de quicio."

Gastón se ríe y baja los anteojos de sol por su nariz para poder mirarlo a los ojos. "Es muy gracioso verlos interactuar, como dos nenes en el recreo que se empujan y se tiran del pelo porque se gustan y no saben cómo decírselo."

"Parecía muy ofendido." Gabriel lo ignora y sigue hablando.

"Porque lo ofendiste cabezón," le contesta su amigo "Agustín te conto que Tato tenía asuntos con su familia para que entendieras un poco porque es como es, no para que se lo echaras en cara a la primera de cambio."

"No estas ayudando." Dice Gabriel "Espero que no pienses que tu opinión me está ayudando."

"No es mi opinión, es la verdad." Gastón suspira y se da vuelta para volver a poner sus ojos sobre la pileta. "No te tendrías que involucrar en primer lugar, no entiendo porque esto te afecta tanto. Tuviste miles de huéspedes más engreídos que Renato y nunca dejaste que ninguno te afectara tanto."

Y Gabriel sabe que tiene razón. La verdad que no es la primera vez que Gabriel trabaja en atención al público, y ni siquiera es el primer año que trabaja en este hotel lleno de gente que se cree mejor que el otro por lo que tiene en su cuenta bancaria. Y generalmente es muy bueno ignorando a ese tipo de gente, fingiendo que no los escucha y sonriendo amablemente para que le den una buena propina.

Pero hay algo de Renato que hace imposible que Gabriel lo ignore.

Y lo que más le molesta, aunque nunca se lo admitiría a nadie es que no sabe lo que es. Mas de un día Gabriel se despertó proponiéndose ignorar a Renato por completo, tratarlo como si fuera un huésped más, pero cinco minutos después lo encontraba paseando por los pasillos como si fuese el dueño del lugar, y no puede evitar el enojo.

"Deberías darle una oportunidad," habla Gastón nuevamente "Tato es un buen pibe, difícil al principio, pero una vez que lo empezase a conocer bueno..." su amigo se ríe y Gabriel ya sabe lo que va a decir "Te va a enamorar."

Gabriel pone los ojos en blanco y le tira uno de los sorbetes usados que tiene sobre la barra.

"Yo sé que tu sueño es oficiar nuestro matrimonio, pero no va a pasar." Le dice Gabriel mientras guarda los vasos que dejo sueltos "Pero sí creo que debería disculparme,"

"¿Por qué estas arrepentido de lo que hiciste o porque te crees mejor persona que Renato y necesitas demostrárselo para después echárselo en cara?"

Gabriel solo le muestra el dedo del medio mientras se retira y escucha la risa de Gastón de lejos.

Pero después de un rato se da cuenta que no sabe dónde buscar a Renato. Gabriel se pasa la mayoría del día intentando evadirlo, así que no tiene idea de donde podría estar. Pregunta en la recepción y sabe que entregó las llaves de su habitación por lo cual no está ahí. No estaba en la pileta descubierta y no lo encuentra en el restaurant tampoco.

Antes de darse cuenta ya paso casi toda la mañana dando vueltas por el hotel, en el tiempo que tendría que haber estado trabajando. Esto es lo que tiene cuando hace cualquier cosa que involucra a Renato, lo saca de su eje y de su rutina, lo pone de mal humor no poder encontrarlo cuando está intentando tener un buen gesto.

ojos color solDonde viven las historias. Descúbrelo ahora