VII.

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Las cosas se tranquilizan para Renato por un tiempo. Empezar a trabajar pone las cosas en perspectiva y por unas horas al día puede ignorar todos sus problemas y sentir como que es una persona común y corriente. Va a la playa con Fausto y a la mañana se levanta para trabajar con Gabriel. Y verdaderamente no piensa en el cómo nada más que su supervisor.

No piensa cuando Fausto pregunta, y no piensa cuando Stefi y Gastón le preguntan y no piensa cuando le relata a Agustín durante todos sus almuerzos como lo va a desmembrar por abrir su boca y sugerirle a su padre que le ponga a Gabriel como supervisor. Y menos piensa en Gabriel como otra cosa que un compañero de trabajo cuando Agustín le pregunta que paso entre ellos que ya no se dirigen más la palabra.

Porque lo está superando. Fue todo un error y lo va a superar como un adulto y a vivir su vida. No necesita una estabilidad y menos en la forma de Gabriel, leyendo cada mirada y cada movimiento de sus labios y contestando con una carta documento de como sabe el significado de cada tic de Renato.

"Por ahí estas enamorado," le dice Fausto un día mientras Renato está revisando los libros de su valija.

Renato lo mira, arqueando una ceja. Fausto cierra la tapa del libro que está sosteniendo y le señala el nombre del autor: Gabriel Garcia Márquez. Renato pone los ojos en blanco y golpea a Fausto en la cabeza con el libro, haciendo que grite de dolor.

Suelta el libro y lo deja caer adentro de su valija.

"Sus un rayito de sol hoy." Comenta Fausto mientras esconde su mano. Renato no dice nada. "¿Qué te pasa?"

"Nada," dice Renato mientras acomoda su ropa. "Nada de nada."

"Sabes que eso no es verdad," dice Fausto. Se escucha un golpe en la puerta seguido de Agustín, Stefi y Gastón entrando a su habitación. "Ya llego el fan club de Gabriel."

Gastón se ríe y le dice "No entiendo porque esto te molesta tanto." Y Stefi acota "Todo lo que te decimos no te molestaría si no fuese un poco de verdad."

"¿Verdad de qué? La única verdad acá es que todos ustedes tienen la boca demasiado grande para el cerebro que se les dio."

Fausto lo mira "No iba a decir nada, pero como estas siendo un imbécil" Su amigo se acerca y tira de la remera dejando a la vista el chupón rojiazul que tiene en el cuello.

"¡Fausto!" es lo único que dice mientras se apura a subirse el cuello de la remera, pero es tan vieja y usada que queda colgando, dejando a la vista el chupón para el shock de todos los presentes.

"¿Qué es eso?" pregunta Agustín mientras Fausto se ríe.

Los cachetes de Renato están colorados y está mirando a Fausto con ira asesina.

"Lo vengo viendo desde hace días, tenes que empezar a esconderte mejor si vas a andar acostándote con el personal."

"Anda a cagar," dice Renato "Estoy enojado con vos y esto no está ayudando."

"Me gustaría que dieras más detalles," dice Gastón riéndose.

"Váyanse todos a cagar," vuelve a decir Renato "No voy a decir una puta palabra más."

"No puedo creer que te acostaste con Gabriel," dice Gastón y Agustín agrega "No puedo creer que no dijiste nada."

"Pensé que lo odiabas," comenta Stefi

"Lo odio." Insiste Renato. "No me acosté con el porque me gusta."

"No, te acostaste con él porque estabas haciendo un sacrificio al señor - ¿Por qué más lo habrías hecho?" pregunta Fausto sarcásticamente.

ojos color solWhere stories live. Discover now