IV.

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Renato logra evadir la situación por dos días.

Evade a Gabriel a toda costa, porque no cree que pueda aguantar verlo sin estrangularlo y le dice a Agustín que esta engripado y que tiene que hacer reposo. La única persona que entra en su habitación por la fuerza es Fausto y es por el simple motivo de que lo hace cuando Renato no se da cuenta.

Es obvio que no va a poder evadir la situación para siempre, y eso se hace realidad cuando al tercer día, Agustín entra por la puerta sin golpear mientras Renato se esta vistiendo. No se da cuenta de que su amigo entro o de lo fuerte que está golpeando los cajones del ropero hasta que Agustín le dice,

"¿Estas bien?"

"Si, estoy bien." Dice sin darse vuelta a mirarlo. No está bien, pero considerando el estado en el que estuvo los últimos dos días, está por lo menos un ochenta por ciento mejor. Por lo menos ya no está pensando en hacer un agujero en la pared con su puño. Ahora solamente está ahogándose en la culpa que no lo deja respirar.

"¿Seguro?" pregunta Agustín nuevamente mientras mira alrededor de la habitación. Las pertenencias de Renato están tiradas por todo el piso de la habitación, algunas rotas. Agustín levanta un libro que Renato había tirado de la biblioteca y dice "Estas mintiendo."

Renato se da vuelta a mirarlo. "¿Qué?"

Agustín le muestra la copia de "El retrato de una dama" y dice "Nunca dejarías esto tirado en el piso, y está roto...Es uno de tus libros favoritos."

"Solo estoy teniendo un mal día."

No quiere decirle a Agustín lo que paso, y no quiere que sepa lo que Gabriel le dijo. Agustín no piensa que él y Gabriel sean más que extraños en este momento así que no puede mentir. Lo último que quiere hacer es decirle la verdad y rendirse ante el ultimátum de Gabriel. Lo único que produjo la montaña rusa de emociones por la que paso en los últimos días fue el hecho de que le gustaría asesinar a Gabriel.

Pero toda la situación lo hace sentir todavía peor, Agustín está siendo bueno mientras el intenta no ahogarse en la culpa a causa de lo que hizo. Y en ese momento se da cuenta que Gabriel tenía toda la razón. Es la persona más egoísta del planeta, y en el momento que se da cuenta, abre la boca y no puede evitar que se le escapen las palabras.

"Te tengo que decir algo," Agustín lo mira extrañado, pero Renato sigue hablando antes de que pueda interrumpir. "Fui yo." Y antes de que su amigo se imagine de lo que está hablando, Renato contesta todas las preguntas que ni siquiera pensó en hacer. "La otra noche, yo me lleve el auto."

"¿Qué?" dice Agustín confundido. "Tato no entiendo."

"Agus, deja de ser bueno conmigo," dice Renato "Pégame o insúltame si queres. Te acabo de decir que me lleve el auto de tu papa y lo choque porque estaba en pedo y lo deje tirado por ahí sin decirte nada."

Renato esta agitado y Agustín esta conflictuado entre estar enojado y triste. Renato espera que opte por el enojo porque si su amigo se pone triste, se va a tener que tirar del balcón de la habitación.

"Pero..." dice Agustín "¿Por qué...?"

Y se queda mirándolo de una manera que denota que se siente traicionado, pero también como que está dispuesto a perdonarlo. Como que está intentando entender la razón de porque Renato haría una cosa así. Renato solo se puede imaginar las miles de cosas que le están pasando por la mente a su amigo, cosas que explicarían porque él es así, que le darian una razón para no echarle la culpa a Renato.

Pero no quiere que sientan pena por él.

"No trates de sentir lastima o perdonarme, está bien que te enojes." Renato no sabe cuando entro en el juego de cagarse la vida a sí mismo, pero no se aguanta más y Gabriel esta todo el tiempo como una voz en su cabeza, desafiándolo a decir la verdad.

ojos color solDonde viven las historias. Descúbrelo ahora