Anko Gaiden

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ANKO GAIDEN

Apenas nací perdí a mi madre al darme a luz. Tendría que decir que fui criada por mi padre,pero en realidad no fue así. Murió en una misión. Un orfanato fue mi casa. Y aprendí el oficio de robar comida para poder sobrevivir un día más.

Mi infancia la pasé en penurias, siempre buscando una imagen a la cuál admirar. La familia me fue negada igual que el amor incondicional que podrían darme. El bosque prohibido fue mi escondite del dolor y sufrimiento que la soledad causaba en mí.

Un día encontré, en ese momento quise pensar, aunque en realidad me encontró a mí. Uno de los tres legendarios Sannin vio en mí a una chica con talento, y me enseñó habilidades que cualquier otro ninja hubiera matado por conseguir.

El deseo de ser una gran Kunoichi para poder hacerlo sentir orgulloso fue lo que me hizo seguir. De pronto los senseis hablaban de mí como una que había salido del fondo para destacar.

Habia dejado de ser la rechazada para ser una prodigio como Kakashi.

Alegre me encontraba ,pero la situación no duró mucho . Al que había considerado un padre me traicionó ,utilizandome en experimentos atroces y dejandome, antes de huir; la marca maldita.

Esa marca que selló mi vida, pensé, que para siempre.

Maldita me convertí y las personas me señalaron así. Solo me quedaba a mí, arrinconarme en mi fiel espacio en el bosque. En ese en donde nadie se atrevía a ingresar por miedo a las bestias o tal vez a mí.

Con Orochimaru renegado y  fuera de la aldea, y en paz ahora todo. Seguí mi vida y llegué al grado de Jonin cuando nadie más lo pensaría.

Todos no daban ni un pedazo por mí. Me veían como la chica que en mujerzuela se convertiría.

Lo que conseguí se lo debía al tercer Hokage , Sarutobi era todo lo contrario a como lo había descrito su alumno en aquellos tiempos.

Y me dio la oportunidad de pasar bajo el ala de Mebuki, un ninja especial parte del departamento de Investigación e Inteligencia.

Todo fue mejor...o tal vez no.

La soledad me seguía atormentando. Las personas ya no me lastimaban pero su rechazo era el peor daño.

Un día lo conocí, estaba todo pequeño y jamás pensaría en el hombre en que se convertiría. En la importante persona que sería para mí y en todas las cosas en que se convertiría. Ese rubio de 5 años era Naruto Uzumaki contenedor del Zorro de las Nueve Colas. Ese chico que ahora estaba enfrentándose a uno de los ninjas más poderosos de todos los tiempos delante de mí.

Fue la brutal agresión que sufría que me hacía sentir identificada con él o fue una obra de caridad. O tal vez tan solo tal vez, fue una obra de caridad conmigo misma al tener alguien con quién compartir mi vida. Que lo puse bajo mi mando. Y lo convertí en mi alumno.

Naruto era muy entusiasta y rápidamente se ganó mi cariño. No quería demostrarselo pero el lo notaba. Que contento se ponía cuando lo visitaba en su llamada casa.

Llamé a compañeros para que lo entrenaran también pues era un chico con demasiado poder en su interior. No había límites para él y yo no era alguien para impedirselo.

Lo comparaba con Kakashi Hatake, ambos genios en el campo de batalla. Aunque se diferenciaban en una cosa. Uno tenía ese espíritu de tener objetivos y el otro no.

Con el pasar del tiempo de tratarlo como alumno, lo traté de hermano,como... Amigo, para luego verlo como algo más. No sé como sucedió pero fue así.

Era muy menor para mí. Quería remediarlo, pero no sabía como hacerlo.  Me sentía muy sucia, lloré, tomé alcohol hasta hartarme. Me quería morirme pero también sabía que no tenía el valor para hacerlo, de dejarlo solo.

Estando borracha, estando dormida. Soñaba despierta o insconciente sobre un futuro en el que ambos pudiéramos estar juntos.

El tenía 13 y yo el doble de su edad. No podía ser. Nunca lo seria, el no podría nunca mirarme así.

Naruto pasó a ser parte del equipo de Kakashi junto al prodigio Sasuke y Sakura.
Le recomendé no mostrarse pero solo aguantó un momento.

Los exámenes Chuunin llegaron y el demostró de lo que estaba hecho. Se enfrentó con Orochimaru , quiso vengarme pero no lo logró. No me importaba eso. El era lo principal, me di cuenta de que me había enamorado de él. Si antes lo sabía, ahora lo confirmaba.

Seguía doliendo. Mucho.

Pero me preocupaba su obstinación con su venganza. Quería que el dejara eso. Solo arruinaría su corazón puro.

Quería atarlo a mí, sudorosa y con las manos temblando paseaba por casa pensando mortificada en como reaccionaría si yo me confesara.

Sí, cualquier chico adolescente aceptaría estar conmigo sin dudarlo. No era ciega,y sabía cómo los hombres me miraban. Pero era Naruto. El solo me veía como su hermana. ¿No?

Pero llegó el momento que nunca pensé. Me liberó del sello y por lo tanto de mis miedos. Me importaba poco si me rechazaba pero al menos tendría una única noche con él.

En mis recuerdos no solo quedó sino que el acto se volvería a repetir. Había creado un mounstro del sexo y asi comenzamos una sucia relación. No me importaba nada. Solo el y yo.

Dejó de lado la venganza prometiendome cuando comenzamos nuestra relación.

Pero sabía,aunque trataba de mentirme, que él no se quedaria con las manos cruzadas.

Cómo agua fría cayóla que Sasuke huyó de la Aldea y con ello vi en él la decepción de perder a un amigo y no poder salvarlo.

Tuvimos nuestra noche de sueños y ahora tengo un motivo por el cuál seguir adelante. Si antes era yo, ahora somos nosotros.

El se irá mañana de viaje de entrenamiento, yo sé que no querrá despedirse. Por eso solo me queda disfrutar estos pocos momentos y también ver que hay esperanza en nuestro futuro incierto.

Esta es la historia de Anko Mitarashi.
La ninja más sexy de todas. Actual novia de Naruto y la que para ella el futuro le depara brutales cambios y maravillosas experiencias...

Anko Gaiden es la historia de como una ninja subestimada y maltratada por muchos asciende a un nuevo nivel, acompañada del amor incondicional de su amado para contrarrestar los males que se acercan.

Pasamos las 80 000 lecturas. Gracias por seguir apoyando.

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Naruto Uzumaki y la Voluntad de FuegoWhere stories live. Discover now