Naruto Uzumaki y la Voluntad de Fuego

Capítulo Final:Dejarte nunca

NARUTO UZUMAKI Y LA VOLUNTAD DE FUEGO

Sendero

-CAPITULO FINAL-

"Dejarte nunca"

—No, así no es

Naruto volteó frustrado, dejando lo que hacía hace un momento, míentras caminaban.

—Oye no me mires así. Yo no invente estás cosas para crear un jutsu.—Su pupilo aún así la miró reprochandole porque no le salía — No me hagas pucheros.

—Esta bien... Anko sensei—dijo suspirando.

Ella hizo fácilmente los sellos de mano, sin usar chakra, que Naruto había estado tratando de copiar durante horas. Una vez más observados el rubio imperativo siguió intentándolo.

El silencio se acabó después de un rato.

—¿Anko Sensei?

—¿Hmm?

—Yo... Me preguntaba, si esas personas que se toman de la mano—dijo en alusión a la gente que transcurría por el parque en su día de descanso.—¿Por qué nosotros no?

Anko soltó una breve risita, mirándolo.

—Esas... Personas ... Son pareja.

—¿Y?

—Tú pequeño, tienes 6 años.—Dijo como si la pregunta estuviera fuera de lugar y volteando los ojos—Estoy fuera de tu liga

—¿Y cómo es que son pareja?

— Son amigos, algunos se saltan eso (por lo que tengo entendido, murmuró), luego son novios y se casan si es que se llevan bien.

—Oh—Naruto asintió, su mente pensando en la solución—¿Entonces...?¿Seamos pareja? Te prometo que me casaré contigo.... ¡Si eso haré!¡Prometo casarme contigo!

El pequeño Naruto gritó tan fuerte y entusiasmado , que Anko volteó asustada alrededor para evitar que alguien les escuchara. Lo bueno era que las parejas no estaban concentradas en ellos. Más bien en sus bocas.

Miró a Naruto y le dió un coscorrón.

—¡No seas imprudente! Lo que menos quiero es que además piensen que soy pedofila —le susurró.

—Vale—susurró Naruto agarrándose la cabeza.

—Oye tampoco te di tan fuerte—Anko se preocupó y le acarició donde le cayó el golpe.

—Igual me casaré contigo.—Asintió firmemente.—Promesa.

Anko lo miró en silencio y luego mostró una sonrisa negando con la cabeza.

—Tu si que estás loco eh, te gusta hacer promesas a lo bestia. No te vayas a olvidar que me enojaría muchísimo—le bromeó, luego le tomó de la mano— ven vamos. Ha sido un día agotador y tengo hambre.

***

—Me lo prometiste y quién hubiera pensado que estaríamos juntos—dijo echada en el suelo mirando el techo. —Pero parece que te olvidaste de casarte conmigo.