Naruto Uzumaki y la Voluntad de Fuego

Capítulo 45: Ataque

NARUTO UZUMAKI Y LA VOLUNTAD DE FUEGO

Juego de Póker

-CAPÍTULO 45-

"Ataque"

— ¿Qué es lo que sucede?

— No es nada— respondió Anko en voz baja. Se tomó los brazos, frotándose mirando hacía donde hace unos momentos había estado Naruto.

—Sé que lo extrañas, pero recién se ha ido. Pasará todo muy rápido—dijo asintiendo para sí— Ya lo verás.

—¿Tu qué sabes de eso Kakashi?—le recriminó ella, enfureciendose.

—Más de lo que podrías pensar Anko.—murmuró Kakashi— Sabes... ¿Quieres que te cuente una historia?

Ella lo miró confundida.

—Ven— le dijo Kakashi caminando hacia las afueras de la Aldea.— vamos a dar un paseo.

Después de un corto trayecto se sentaron en la copa de un árbol. Y Kakashi le contó lo que nadie sabía de él. Sentía que debía hacerle confiar en él, su relación con Anko no había hasta entonces pasado del trato cordial y las típicas bromas que ella hacía a todo el personal Jounin.

Porque mientras  Naruto no estuviera... el tendría que protegerla.

Le había prometido eso al joven en quien ponía todas sus esperanzas y no lo defraudaria.

—Así como Mei. Eres la persona más valiosa para él. ¿Crees que no ha tenido oportunidades para estar con otra ahí afuera mientras estaba en su entrenamiento?— Anko miró hacía abajo, pensativa.

—Yo sé que el no lo haría.—susurró Anko, para luego mostrar una sonrisa confiada.— el me quiere.

Kakashi sonrió.

—El te ama,y aunque, no sé si te lo ha dicho. Eres la mujer que lo mantiene estable. — Ella soltó un suspiro cansado— Ambos sabemos que si el te pierde...

— perdería todo— concluyó Anko. Se había dado cuenta desde hace mucho tiempo. La cordura de Naruto ha estado en juicio desde su nacimiento. Podría perder todo lo que había construido.

—Sí, lo haría. Y no creo que salga algo bueno de todo eso.

Kakashi titubeó, pero al final extendió una mano en el hombro de Anko. Ella cargaba un gran peso al estar con Naruto, el era mucho menor que ella;eso y otros problemas.

Pero aún así, ella aunque quisiera;no podría dejarlo. Ese chico tenía un lazo con ella que jamás alguien podría romper.

Sí, Anko era para él. Y el para ella.

—No sé como soportas el estar lejos de ella—murmuró Anko incapaz de creer que el hombre frente a ella fuera Kakashi.

—Yo tampoco lo sé.

Mientras ambos compartían sus experiencias y vivencias. Ajenos estaban a que un miembro de Akatsuki los espiaba envuelto en las sombras.