NUEVE.

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Seokjin miró dudoso a su ex esposo, no le quedó más que invitarlo a pasar e invitarle una taza de café.

Hoseok prefirió marcharse, no sin antes ayudarle a Jin a llevar a los niños a su habitación.

Jin no tenía ni idea de como iniciar una conversación ante ese denso e incomodo silencio.

—Y... ¿Cómo les va a los niños en la escuela? —preguntó Jaehwan.

—Bien, Jimin es el mejor de su clase y Taehyung tiene buenas calificaciones.

Jaehwan asintió y siguió moviendo su café con la pequeña cuchara que se encontraba dentro de la taza, Jin comenzaba a fastidiarse por el sonido de la cuchara golpeando la cerámica.

—¿Quieres dejar de hacer eso? —murmuró con cierto tono molesto.

Su ex marido lo miró mientras levantaba una ceja.

—Perdón —sacó la cuchara y la colocó en el pequeño plato debajo de la taza.

Seokjin suspiró con frustración, le era bastante incómodo tener a Jaehwan en su casa, porque claro, era totalmente normal decirle a tu esposo que te daba asco y después ir a visitarlo cada que se te diera la gana.

—¿Te molesta mucho que este aquí? —preguntó Jaehwan al ver la expresión sería de Jin.

—Sí, sinceramente me molesta bastante —lo miró— Pero claramente no quiero ser grosero.

—Jin, yo quiero pedirte perdón por todo lo que te dije aquel día porque sé que te herí demasiado.

—Claro que lo hiciste, pero ya está hecho así que de nada me sirven tus disculpas —dijo restándole importancia al tema.

—Se que estás herido, pero en verdad este corto tiempo que he estado sin ti me ha hecho extrañarte más que a nada —se levantó de su silla y se acercó a Jin.

Jin por inercia hizo su cuerpo para atrás pegando por completo su espalda al respaldo de la silla, Jaehwan se acercó peligrosamente a él quedando muy de cerca e invadiendo el precioso espacio personal de Jin.

—Jin, te extraño demasiado, verte por las mañanas, hablar contigo, tocarte —acercó su mano al rostro de Jin pero este de inmediato se levantó para apartarse.

—Jaehwan, lo nuestro ha terminado y aunque no quiera decirlo fue por tu culpa —cruzó los brazos a la altura de su pecho— Te voy a pedir que te vayas porque no quiero tener que acusarte por acoso.

—Está bien, me iré —lo miró serio— Pero escucha bien, Kim Seokjin —volvió a acercarse y pasó su pulgar por el labio inferior de Jin— Pronto estarás pidiendo que esté a tu lado, me pediras que te haga mío como solíamos hacerlo cada noche.

Jin sintió sus mejillas arder debido al coraje, no lo dudó más y estampó su mano en la mejilla de Jaehwan dejándole una marca roja.

—Largate y no vuelvas a menos que sea para ver a los niños —respondió firmenente.

—Ya te lo dije, tú volverás a mi rogando.

Jaehwan se dio la vuelta y Jin dejó fluir todo el aire que había estado conteniendo cuando escuchó la puerta cerrarse.

Decir que estaba molesto era muy poco comparado a todo lo que sentía, estaba harto de Jaehwan y de que siempre estuviera tratándolo como a un objeto.

Lavó las tazas y fue directo a su habitación, entró al baño y preparó la tina, cuando esta estuvo lista se metió dejando que el calor del agua relajara sus músculos, cerró los ojos y los recuerdos inundaron su mente, justo cuando estaba al borde del llanto el rostro de Namjoon apareció entre sus pensamientos haciéndolo sonreír, abrió los ojos y se sintió un poco mejor.

¡Papi, sonríe! |NamJin|Dove le storie prendono vita. Scoprilo ora