VEINTE.

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Jin sentía sus manos temblar, había preparado la cena con mucho cuidado para que todo quedara delicioso, Hoseok se llevó a los niños para que él y Namjoon pudieran hablar sin problemas.

Miró la hora en el reloj faltaban tan sólo cinco minutos para que Namjoon llegara, se aseguró de que todo estuviera perfecto y se sentó en el sofá a esperar.

No pasó mucho cuando el sonido del timbre lo hizo pegar un leve brinco sacándolo de sus pensamientos.

Sin dudar mucho se acercó a la puerta y abrió, sintió su pecho oprimirse de emoción al ver a Namjoon, vestía casual como siempre, mentiría si dijera que no quería saltar a los brazos del moreno y plantarle un beso en los labios.

—Hola —murmuró.

—Ho-Hola —lo miró— Entra —se hizo a un lado permitiendo que el menor entrara.

Jin cerró la puerta lentamente mientras miraba la espalda de Namjoon alejarse para ir al comedor.

Está vez se definiría todo.

—Todo se ve muy bien —sonrió y se sentó en una de las sillas.

—Espero que te guste, hice mi mayor esfuerzo —respondió orgulloso de si mismo.

—Ya lo veo —lo miró y le sonrió— Jin, quiero que hablemos primero.

El nombrado asintió y se sentó frente a Namjoon, dejó sus manos sobre sus muslos para que el menor no notara el temblor en ellas.

—Primero quiero decir que lamento haberme portado como un tonto, estaba herido pero no debí decir todas esas cosas hirientes —habló con sinceridad— Mamá se molesto conmigo por eso, me dijo que tú no merecías a un tonto como yo.

Jin soltó una leve risita y miró a Namjoon.

—Yo sé que cuando estamos enojados decimos cosas sin pensar, así que no te preocupes —respondió amablemente.

—El otro día me encontré a Yoongi y me hizo darme cuenta de que soy un tonto por reclamarte cosas que no hiciste intencionalmente —jugó nerviosamente con sus manos— De verdad lamento haberte tratado de esa manera.

Jin sintió su corazón revolotear, todo eso significaba que Namjoon de verdad lo quería y eso le llenaba el pecho de felicidad.

—No tienes que disculparte, yo me sentí muy mal con todo lo que pasó y sigo sin entender por qué Jaehwan es así, cuando estábamos juntos me trataba mal, ahora no permite que sea feliz y pretende que vuelva con él —rodó los ojos— De verdad que no lo entiendo.

—Quizás sólo está un poco loco.

—¿Un poco? —Jin levantó una de sus cejas haciendo reír a Namjoon.

—Bueno, tal vez mucho —sonrió provocando que se marcaran los hoyuelos de sus mejillas.

—Siempre me ha gustado tu sonrisa, Nam —murmuró al mirarlo, cuándo sus miradas chocaron apartó la vista avergonzado.

—¿Te digo algo?

Seokjin asintió y lo miró, había sentido sus mejillas ruborizarse al encontrarse bajo la mirada de Namjoon.

—A mi me gustas tú.

Una gran sonrisa se formó en el rostro de Jin y de pronto sintió sus mejillas humedecerse, Namjoon se asustó cuando se percató de que los hombros del chico subían y bajaban debido al llanto.

—¿Dije algo malo? —preguntó con preocupación y se levantó para abrazar a Jin.

—Estoy bien, estoy bien —sollozó— Pero es que estaba aterrado porque esta noche me dijeras que no querías saber nada de mi.

¡Papi, sonríe! |NamJin|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora