Conociendo un Secreto

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Hanna Bullet, una chica de estatura media, aproximadamente 1.62 metros, cabello largo hasta las caderas, rizado y escarlata. De ojos ámbar y mirada tierna. Semblante serio y frente erguida; piel blanca y voz suave, una chica amable y tierna, pero a la vez directa y recta; es lo que sabían de ella hasta el momento.

Minutos después de haberlos dejado, Hanna había bajado ya aseada y fresca para recibir debidamente a sus invitados, les ofreció té, café y leche ya que hacía bastante frío.

-Bien, tengo entendido que ya conocen mi nombre, ¿podrían decirme los suyos?

-Por supuesto, mi nombre es Lenalee Lee, es un placer conocerte al fin. -sonrió la pelinegra.

-Yo soy Allen Walker, encantado señorita Bullet. - se mostró agradable el albino.

El ultimo ni se inmutó, mientras que la chica lo observaba con una tierna sonrisa, expectante al saber su nombre.

Lenalee, quien era la mas cercana al azabache, le codeó incitando a que hable.

-Tch Kanda Yuu.

-Es un placer, a los tres, y pueden decirme solo Hanna, no estoy acostumbrada a formalidades.- añadió. - Dijeron que vienen de la Orden, precisan mi presencia si bien tengo entendido. - los exorcistas asintieron.

-Nuestras filas militares han disminuido bastante. -empezó a decir algo tímida, ya que esta mención podría asustar a la chica. -nos alegramos bastante al enterarnos que esta ciudad estaba siendo protegida por un usuario compatible, ¡Hanna-san, por favor acompáñanos!

-Lena-chan. -llamó con confianza. - solo Hanna, tengo 17 años, no acostumbro ser tratada con tanto rango. - rió algo nerviosa.

-Esta bien, pero ¿iras con nosotros? - preguntó nuevamente suplicante.

-De hecho, tengo un pequeño... gran impedimento. - bajó la mirada para luego suspirar. - será mejor que se los muestre, ¿me acompañan?

Se miraron confundidos pero siguieron a la joven pelirroja por un largo pasillo, de paredes escarlata y alfombra plateada, llena de cuadros con animales míticos en un lado y en el otro pinturas de flores exóticas.

Al final del pasillo se encontraron con una puerta que abarcaba toda la superficie desde el piso,las paredes hasta el techo, en ella había una puerta del tamaño normal que se encontraba en el ala derecha, al abrirla se veía solamente una luz blanca asomar del interior, la joven los invito a pasar y se encontraron en una habitación de paredes, piso y techo tan blancos que parecía infinita.

-¿Qué es este lugar?- preguntó el albino con curiosidad.

-Es el cuarto de la razón por la cual no puedo ir a la orden. -contestó la pelirroja dándoles la espalda, para luego llamar a alguien. - Sé que estas ahí, ven a saludar. - llamo mirando al techo.

De repente, un estruendoso sonido se escuchó, un rugido tan fuerte, que rompería todos los vidrios y ventanas de toda Inglaterra.

Algo se acercaba rápidamente hacia ellos, y parecía peligroso.

-Creo que tengo un mal presentimiento sobre esto.-comentó Allen nerviosamente, mientras aquella cosa blanca se acercaba volando.

-Hanna, ¿qué es eso? - miraba atentamente Lenalee a la criatura.

Una luz calida se hizo presente cegando a los exorcistas.

-Tranquilos, no hay peligro. -se oyó la voz de Hanna.

La luz se hizo menos molesta y sus ojos se abrieron de par en par al visualizar lo que tenían frente a ellos.

-Imposible. - susurró Kanda sorprendido.

-Dra... Dra... -comenzó a balbucear Allen tartamudeando por el shock.

- ¡Un Dragon! -finalizo Lenalee con la voz algo afonizada.

Innocent LoversDonde viven las historias. Descúbrelo ahora