Bookman Junior.

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- ¡BIENVENIDA HANNA BULLET! -gritaron miles de personas en cuanto ella ingresó al comedor.

Lágrimas comenzaron a descender por sus mejillas.

- Estoy en casa. - sonrió ante la calidez con la que la recibían.

- ¡HANNA-CHAAAAN! - gritó alguien a lo lejos. - es un placer al fin conocerte, mi nombre es Lavi. - se presentó un pelirrojo de ojos esmeralda con una sonrisa encantadora, la chica no hizo más que asentir con un leve rubor en las mejillas. - ¡Woooah! Hanna-chan es muy pequeña y adorable....

- No te atrevas a decir "Strike" por que te despedazo. - amenazó un albino sujetando el cuello de la chaqueta del ojiverde.

Allen tenía una sonrisa que asustaría a cualquiera, menos a la reciente llegada, quien no podía verlo mas allá de adorable.

- ¡Al-chi! - sorprendió a todos saltando a su cuello de nuevo. - te extrañé.

- Neechan, me alegro que sigas viva. - dijo sujetándola de la cintura, abrazándola en el acto.

Todos se sorprendieron la familiaridad con la que se trataban esos dos, puesto que jamás habían visto al albino tan cariñoso, y ninguna chica en la Orden era tan amistosa y amorosa como lo era Hanna en ese momento.

- ¿Donde esta Lena-chan? - preguntó mirando a los alrededores.

- Hanna-chan me ha ignorado .- lloriqueó el pelirrojo.

- ¡Oh! ¡Lavi-kun perdóneme! - se apresuró a decir la pelirroja soltando al albino para ir con Lavi. - es un placer conocerlo igualmente. - dijo sonriéndole dulcemente, a lo que al mencionado se le notó un leve rubor en las mejillas, no logró reaccionar cuando la chica lo había rodeado por la cintura para darle un abrazo. - no lo ignoraré nunca mas. - confesó la pelirroja saltando a darle un beso en la mejilla, mientras que el pelirrojo seguía sin reaccionar, pero un hilillo de sangre salía por su nariz.

- Jamás había visto a Lavi tan anonadado. - confesó Lenalee llegando con un obsequio en su mano.

La pelirroja al escuchar la conocida voz se alejó del Bookman y corrió al encuentro de su nueva amiga, para abrazarla, a lo que ésta correspondió y le entregó el obsequio; que era una taza blanca con su nombre grabada en ella.

- ¡Gracias Lena-chan, me encanta! - volvió a abrazar a la asiática. - Esto... tengo hambre. - confesó rascándose la nuca la pelirroja.

- Ven, neechan, ¡Jerry hace los mejores platillos que podrías probar, vamos a comer! - dijo el albino empujándola hacia una gran mesa donde habían todo tipo de comida deliciosa, desde gyoza hasta dangos.

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Transcurrieron unas pocas horas donde la pelirroja se dedicó a comer y saludar, para intentar conocer a todos, Allen y Lavi estaban constantemente cerca de ella, Lavi tratando de coquetear y Allen pegándole cada vez que se acercaba demasiado a su reciente hermanita.

Se había hecho muy cercana en pocos minutos a varias personas, incluyendo tanto la sección científica, como los exorcistas y buscadores, todos estaban felices de tener más gente alrededor.

La guerra estaba pisándoles los talones, y había una nueva actitud positiva en las filas de exorcistas hacía que el semblante y la actitud de todos se relaje un poco.

- Creo que iré a descansar, ha pasado mucho hoy, quisiera ver a Sheena antes de ir a la cama, Komui-sama. - dijo la pelirroja soltando un leve bostezo.

- Por supuesto Hanna-chan. - le sonrió dulcemente el pelinegro. - Ahm, me gustaría escoltarte pero no se que pueda ocurrir aquí en mi ausencia. ¡Lavi! - llamó al pelirrojo quien iba caminando hacia la entrada del comedor. - ¿Vas a alguna parte? - preguntó el asiático curioso.

Innocent LoversWhere stories live. Discover now