EL IMPEDIMENTO

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-¡Dragón!.

La criatura irguió el semblante demostrando su grandeza, tenia un aspecto sombrio, con ojos brillantes y colmillos salientes. Se veía terrorífico.

-Hola, preciosa. - dijo una chica de hebras rojas y orbes ambarinos.

La enorme criatura se agachó hasta su altura convirtiéndose inmediatamente en la bestia mas mansa que nadie jamas ha podido imaginar, respondía al nombre de Sheena. Pero los exorcistas aun estaban atónitos.

-Ella es una dragona que llegó a mi vida hace aproximadamente 10 meses, estaba herida y la traté,- inició el relato la pelirroja.- me gané su confianza al primer mes de haberla sanado, un periodo muy breve si conocen el temperamento de este tipo de criatura. - sonrió mientras la observaba. - no se despega de mí desde entonces,- solto un suspiro. - cuando salgo de casa se preocupa bastante, he estado intentando acostumbrarla a mi ausencia, pero su sobreprotección es extrema, la ultima vez intenté dejarla sin atención por tres días, y la casa anterior lo pagó bastante caro, quedo hecha escombros.- rió reprendiendo con la mirada a dicha criatura.

-Había planeado mi viaje a la Orden mucho antes de su aparición, he estado entrenándome sola para acostumbrarme a mi inocencia, ya que siempre termino bastante exhausta y no es conveniente para una guerra. - al mencionar esto ultimo, los exorcistas se exaltaron levemente, pero un espadachín ni se inmutó, seguía a la defensiva con aquella bestia. - ella me ha ayudado a mejorar mis técnicas, he desechado la idea de ir a la Orden por cuidarla, no se lo que pueda sucederle si me la llevo. -expresó con temor.

-Vaya... Hanna-san, me sorprende no haberme enterado de su existencia antes, es decir, la orden siempre esta enterada de cualquier actividad de la inocencia, mas aun cuando se trata de un usuario compatible.- comentó Lenalee.

-Hanna-san... -llamó el albino con timidez.

-Dime, Al-chi -respondió amigablemente la chica, al ver la expresión de asombro del joven acotó. -¡oh! No te molesta que te nombre de ese modo, ¿verdad?, es que te me haces tan adorable que no puedo evitarlo. - confesó la joven.

-¡P..Para nada! Hanna-san.. Esto, Sheena-san, ¿es amigable?

-Por supuesto, es un poco timida y tiene un carácter algo... singular, ¡pero acérquense! Ella debe memorizar su aroma y será la criatura mas leal y amorosa que jamas han encontrado. -sonrió la joven y los exorcistas obedecieron.

La enorme y albina bestia se inclinó hacia ellos olfateándolos, para luego volver a erguirse y alejarse un poco, seguidamente hizo una reverencia hacia los tres jóvenes que se encontraban algo intimidados por la enormidad y majestuosidad de aquella criatura.

-Por favor, correspondan el saludo. - ordenó seriamente la joven pelirroja. Obedecieron algo temerosos, para seguidamente observar como la criatura se volvia a enderezar. - Lena-chan, alza la mano e intenta tocar su nariz. - invitó la chica sonriente.

Lenalee hizo caso, con las manos algo temblorosas dejó el brazo extendido en dirección a la cabeza de Sheena, ésta bajo hasta su altura para apoyar la nariz en la mano de la china.

-Es hermosa. - sonrió la pelinegra acariciando la nariz del dragon, haciendo que la criatura cierre los ojos en un acto de satisfacción.

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Lenalee pudo convencer a su hermano (como siempre) de alojar a la dragona en la orden, ya que había mucho espacio en los alrededores y un sitio calido y amplio donde podría quedarse. Solo una llamada y unas cuantas evasivas por parte de la pelinegra y todo estuvo arreglado.

Se hizo muy tarde, y aparentemente los exorcistas no tuvieron tiempo de buscar alojamiento, la joven dueña del dragon les invito a quedarse en su hogar, y en la mañana temprano partirían para la Orden Negra.

- Muchachos, les indicaré sus habitaciones, existen solo 2 cuartos para huéspedes, y una mas que me pertenece, Lenalee, dormiras en mi habitación. - caminó la chica haciendo un gesto para que la siguieran. - Al-chi, Kanda-san, estas son sus habitaciones, pónganse comodos, estoy segura de que estarán agotados por el viaje.- decía la pelirroja dulcemente.

Mientras los varones se acomodaban cada uno en su habitación, el joven Walker seguía algo intrigado por la presencia de la criatura, además de la familiaridad con la que la joven Bullet lo trató a las pocas horas de haberlo conocido, llenaba su corazón de una calidez que no había sentido hace mucho tiempo.

Nuestras adorables chicas estaban igualmente acomodándose para ir a la cama, mientras que Lenalee trataba de sacarle mas información a Hanna acerca de Sheena.

Yengo junto al espadachín Japones, quien le resultaba curioso igualmente que la inocencia de la joven era bastante... particular.

FLASHBACK

-Hanna-san, ¿podría contarnos acerca de su inocencia? - preguntó un albino curioso.

- ¡Claro!

DATOS

Tipo: Parásito

Nombre: Angel

Habilidad: Alas, cuyas plumas se transforman de acuerdo a la necesidad del usuario, actualmente existentes 4 cambios de alas.

Características: modifica el aspecto físico del usuario y el tipo de ataque.

-¿Alas, desde cuando eres compatible? - preguntó Lenalee con la misma curiosidad del albino.

-La verdad es que... desde que tengo memoria, pues no recuerdo mucho de mi vida pasada, es decir, tengo vagos recuerdos de haberme encontrado con una luz, y a veces tengo sueños extraños sobre mi infancia, pero lo único que sé es que un dia desperté en una pequeña cabaña desolada a los 13 años y tenia alas brotando de mis omoplatos. - relató brevemente la pelirroja.

FIN FLASHBACK

A la mañana siguiente, se pusieron en marcha luego del desayuno;

-¡Allen-kun, que Hanna vaya con nosotros no es equivalente a que te acabes sus suministros de comida! - se quejaba la pelinegra regañando al albino avergonzada.

- No te preocupes Lena-chan, entiendo el apetito de Al-chi, pues es la razón por la cual tengo tanta comida aquí. - rió divertida. - me alegra encontrar a alguien con mi mismo apetito.- mencionó mas para sí misma, limpiando la mejilla llena de jarabe del albino mencionado.

-Ah, gracias Hanna-san. - sonrió con un leve rubor en las mejillas el albino.

-¡Oe! - exclamó el pelinegro descubriendo que el albino se robó un trozo de su plato.

-Tranquilo, aquí tienes. No lo has probado, ¿verdad? - ofreció otro trozo al ojiazul, quien aun miraba con ira a su compañero de hebras blancas.

Luego de unos minutos y que Hanna tuviera su equipaje listo, se dispusieron los exorcistas a ir hacia la estación del tren.

-Ahm, ¿adonde van? - preguntó divertida la pelirroja.

-Pues a la estación, ¿Dónde mas si no? - dijo algo tosco el ojiazul.

-¿Para qué? Si tenemos un mejor transporte, además es mas rápido. - sonrió con picardía la joven, haciendo que los jóvenes se miraran curiosos. - ¿Verdad, Shee-chan? - llamó a la enorme bestia quien los esperaba impaciente en el patio.

Se dirigieron así, a la Orden Negra en el lomo de un dragón.

Innocent LoversDonde viven las historias. Descúbrelo ahora