Planes De Huida

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—¡¿QUÉ?!— Bruce grita incrédulo.

—Mira Bruce cálmate por favor— le digo pero al ver su mirada alterada agrego —te lo digo por tu salud, no me importa que aparezca el otro sujeto— trato de asegurarme de que lo sepa.

—¿Cómo sabes de él?— dice mientras me da una mirada desconfiada.

—Bueno... em... yo...

¡Demonios no llevamos ni 5 minutos hablando y ya la cagué!— me reprendo. 

—¿Quién eres en verdad?— dice mientras se aleja de mi y se abraza a si mismo, intentado defenderse.

—Yo... veras... eh...

—¡Ya déjate de juegos y dime la verdad!— grita enojado.

A lo que yo sobresalto al instante.

Cuando me ve Bruce en seguida trata de tranquilizarse haciendo respiraciones profundas.

—Lo siento... — dice más calmado.

Soy un gran imbécil... por mi culpa Bruce cree que todo es su culpa— me recrimino mentalmente.

—No te eches la culpa, fue la mía— digo poniendo mi mano sobre su hombro.

—Pero casi pierdo el control... fue mi culpa— argumenta.

—Tal vez lo creas, pero no es así... yo... ah... lo siento— termino diciendo mientras le lanzo una mirada conflictiva.

La verdad no se que hacer, sí le digo quién soy va huir enseguida...

Y sé que es una pérdida de tiempo si le trato de explicar todo, en primer lugar porque estoy seguro de que me juzgará de loco y en segundo, no hay tiempo para eso ahora...

Así que al ser las dos opciones muy arriesgadas, no tendré más remedio que intentar algo diferente y más amistoso...

—Sé que eres Bruce Banner por tu trabajo con el choque de anti electrones, el cual es incomparable— veo como se tiñen sus mejillas de rojo, a lo cual sonreí al instante.

Fue hasta que lo veo así, que no sabía cuanto en verdad extraño ver a ese Bruce todo sonrojado y tímido por recibir cumplidos.

—Gracias— dice con pena mientras se frota el cuello con algo de nerviosismo.

Estoy tan feliz de verlo así que no pude cerrar mi boca a tiempo.

—Y admiro el modo en el que pierdes el control y te conviertes en un monstruo enorme y verde—  digo como si nada.

En cuanto digo esas palabras mi sonrisa se desvanece al ver la cara de Bruce con una expresión sorprendida, intrigada, con enojo... y mostrando... ¿gratitud?

—Lo siento, yo... — pero no pude continuar pues me interrumpe en seguida.

—Está bien... gracias... eso creo... — termina diciendo algo incómodo pero con una pequeña sonrisa en el rostro.

Yo sólo pude sonreírle en respuesta.

Estamos así un par de segundos hasta que recuerdo la amenaza inminente que se acerca.

—Mira sé que tendrás mil preguntas y yo te debo cada una de esas respuestas— eso parece calmarlo un poco —pero ahora mismo tenemos al rededor de... — alcanzo a ver el reloj que tiene sobre un escritorio cercano —25 minutos antes de que lleguen los matones, así que tenemos que idear un plan ahora.

Me mira analizándome por unos segundos, hasta que suelta un largo suspiro y dice:

—Está bien... tenes razón, debemos concentrarnos en idear una forma de salir de esta.

Una Segunda OportunidadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora