Un Giro Inesperado

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Siento los labios de Bruce se mueven en perfecta sincronía con los míos mientras él acaricia mi rostro con su manos y yo hago lo mismo lo las mías.

Cuando el oxígeno fue absolutamente necesario separamos nuestros labios con mucha renuencia, y pegamos nuestras frente juntas.

Al verlo todo así, impaciente, sudoroso, excitado, pero sobre todo feliz, no puede evitar decirle lo que tanto me había guardado durante tantos años.

—Te amo— digo con sinceridad.

—Ah... ¿qué?— pregunta Bruce sorprendido.

Pero antes de que siquiera pudiera responder un fuerte estallido suena mientras que por la fuerza de empuje ocasionada por la explosión, alcanzo a ver en cámara lenta como Bruce me abraza fuertemente mientras tras de sí una nube de fuego se propaga por toda la choza en cuestión de segundos.

Tras eso y por el humo excesivo me desmayo casi al instante.

 Más aún lo último que logro escuchar es el conocido rugido de Hulk, mientras éste dice:

—¡HULK PROTEGER HOMBRE DE METAL!


(BB+TS)


(Al día siguiente)

—¿Cuánto tiempo seguirá inconsciente doctor?— pregunta otra voz conocida.

¿Qué esta pasando?  

—Me temo que por lo menos en un par de horas más, debido a los sedantes que la acabo de administrar para aliviar su dolor— dice una voz desconocida que habla con tono como de doctor.

Aunque prefiero el tono que usa Bruce... es tan sexy cuando él lo usa.

—Pero se repondrá... ¿verdad doctor?— pregunta preocupado la voz.

¡Que lindo que alguien se preocupe por mí!

—Es muy pronto para saberlo, la conmoción cerebral que sufrió no es grave, pero aún así hay que tenerlo bajo supervisión— le responde la voz.

Hace mucho que nadie lo hacía...

—Bien doctor, cuidaré de él...

Nadie más que Bruce...


(BB+TS)


(Horas más tarde)

¡Maldita sea!— es el primer pensamiento que me llega a la cabeza.

Pues me pulsa la cabeza y siento el cuerpo tan pesado como plomo.

Trato de levantarme, pero una mano me vuelve acostar en la cama en la que me encuentro.

Tengo mucho sueño pero con todo mi esfuerzo abro los ojos mientras veo una cara conocida, por lo que no puedo evitar reír aliviado.

—Happy es bueno verte— digo aún sonriendo.

—Es bueno es verlo de nuevo jefe— dice con gran alivio.

—Gracias Happy— digo mientras me levanto con un poco de más libertad.

—¿Dónde estoy?— pregunto al ver en la habitación elegante, lujosa y muy familiar en la que me encuentro.

—Esta de regreso en su complejo en Nueva York, Señor— responde Jarvis.

Una Segunda OportunidadWhere stories live. Discover now