Capítulo XV

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Hinata miró a Sasuke con incredulidad. No eran sus palabras las que no podía aceptar como verdad; era, por el contrario, su aparente creencia de que la historia que le acababa de contar hacia ver a Kiba peor que al mismo Sasuke.

Había dejado a esta, esta... esta inhumana criatura tiránica…, había dejado a esta cosa invadir su mente y tocarla en sus partes más intimas. Había dejado a esta cosa encontrar un lugar en su corazón. Había traicionado a su prometido en su mente por un demonio desalmado, avaricioso, ambicioso, sin corazón, venido de las profundidades del Infierno, uno que había venido a ella solo para ejecutar una venganza a su prometido.

—Ya que no conseguí que Kiba cerrara su parte del trato...

—Un trato que intentabas sabotear, de la peor manera —lo interrumpió Hinata.

—Si, pero él se lo merece. Ya que no conseguí que cerrara el trato, estaba pensando que quizá después de que venga por ti, y tú estés casada con él, podrías ayudarme a remover su alma para poder tomar su cuerpo. Aún no sé de que manera, pero debe haber alguna manera de...

—No. No, claro que no. Estás loco.

—Tú me conoces. Tú no lo conoces, y créeme, no lo quieres conocer.

—Desearía nunca haberte conocido. ¿Te das cuenta de lo que has hecho? Empezaste una guerra. Una guerra. Cientos tal vez miles de hombres han muerto porque interferiste con lo que mi hermano había planeado para mí.

—De todos modos no querías casarte con Naruto Uzumaki.

—Tenía catorce años. Me habría ajustado. No estaría atrapada aquí en un maldito castillo vacío en la cima de una montaña, atormentada por demonios, con solo un manojo de mujeres solas, enfadadas y secas por compañía si tú... no... hubieras... ¡interferido!

—Podría haber sido peor.

—¿Como?

Sasuke se encogió de hombros.

—Nunca sabrías. Quizá habrías muerto dando a luz.

—Quizá tendría un niño propio.

—Realmente creo que debes reconsiderar mi plan. Tendría más oportunidad de ser feliz conmigo habitando el cuerpo de Kiba que con Kiba. Realmente es un vicioso bastardo, Hinata. No he exagerado en eso.

Hinata sacudió la cabeza.

—He sido una idiota. Una idiota engañada. La hermana Chiyo tenía razón. Es tiempo que deje de soñar y despierte —Sasuke realmente era un demonio. Una criatura de la oscuridad.

¿Cómo se había olvidado de eso? Nada más que un maldito monstruo que con toda serenidad aconsejaba tomar un cuerpo humano vivo.

Nadie, solo un demonio podría tratar tan ligeramente el completo desastre que había hecho de su vida. Su vida. Toda la frialdad de su hermano, todos estos años de soledad se remontaban a Sasuke. Y él no parecía comprender la enormidad de ello.

Encontró sus ojos y por un momento su corazón se detuvo en su pecho. A pesar de todo lo que dijo, a pesar de todo lo que él le había dicho que lo revelaba como menos que el compañero humano que había empezado creer era él, a pesar del conocimiento de que nunca podría alguna vez haber algo entre ellos... a pesar de todo, realmente no quería decir adiós. Sí, era un monstruo, pero en su corto y extraño trato, él había sido lo más cercano a un amigo que había tenido.

—Sasuke has sido tan amable conmigo, tú lo sabes. Has sido gentil. Sé que podrías haber sido más aterrador en el principio, especialmente dado que querías lastimar a Kiba a través de mí. Así que te agradezco por eso y espero que encuentres otra manera de tener una oportunidad de vida mortal, si eso es lo que quieres todavía —se detuvo impetuosa—. Pero no podemos vernos nunca más. Voy a utilizar el collar de ahora en adelante.

Sueña conmigo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora