2_ Desapercibido

1 0 0
                                    

Estaba acabado. Había pasado toda una década y él seguía sin poder recuperar el reino, su reino, de las manos del Usurpador. 

Apenas se enteró de la derrota y muerte de su hermana Stanley Kilebee le suplicó a los guardias que lo liberaban, prometiéndoles venganza y la posibilidad de darles mucho dinero. Sin embargo el guardián de las mazmorras, Astro, le dijo que no necesitaban su ayuda.

Una semana después los hombres de Darius llegaron al lugar y asesinaron a todos y cada uno de los hombres y mujeres que aún peleaban en nombre de Ashley. Astro murió justo en frente suyo, con una espada atravesada en el pecho, y al ver a los prisioneros su asesino se dio vuelta. Por fortuna a Stanley le había vuelto a crecer el pelo y una poblada barba desde su viaje al Reino del Norte, por lo que a ojos de cualquiera solo era un marginado más.

-Déjalos ahí, Kyle. No vamos a gastar nuestro filo en gente que ya esté encerrada, y tarde o temprano se morirán de hambre.

Sin embargo Stanley no se rindió, y mucho menos se dejó llevar por el hambre y se suicidó como hicieron los demás presos. Él exploró cada rincón, debajo de las camas y detrás de los cuadros en busca de un hueco salvador. Gracias a Darius sabía que había una gran serie de pasadizos que conectaban todos los Reinos, y tenía planeado usarlos en su contra.

El pasadizo lo encontró en la pared, detrás de un candelabro extrañamente flojo. Apenas confirmó que el pasadizo era el mismo que los Kartolw usaron para huir del Reino de la Llanura soltó una sonrisa de satisfacción, preparado para realizar su plan.

Stanley sabía que lo mejor iba a ser esperar en un lugar donde él pudiera encontrarlo, como el Reino del Este. Una vez ahí esperaría a que el Reino volviese a tener problemas, y aprovecharía ese momento para atacar.

No obstante habían pasado diez años y nada malo había pasado, a excepción de alguna sequía o invasión que Darius había resuelto de manera sabia en cada ocasión. Sin embargo esto solo aplicaba para el Oeste, porque en el Reino de Henry la situación estaba cada vez peor para él. Como la economía se centraba cada vez más en el comercio y él se dedicaba a cultivar no podía hacer mucho para salir adelante, y cada vez que una peste o mala racha aparecían tenía que gastar dinero para empezar desde cero.

-Ya me cansé de esperar, Darius... No me importa que pase, esta misma semana voy a ahorrar y comprar al caballo más rápido de la ciudad. Cuando lo tenga correré hasta el centro de tu pobre castillo para clavarte un cuchillo en la garganta, y al verte caer la gente verá la cara de su anterior Rey con asombro. Y al verme todos van a abandonar a tu patética familia, y reinaré por el resto de mi vida.

Love Reign IVDonde viven las historias. Descúbrelo ahora