Capítulo 3: Regreso a Londres.

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Alan:

Los llantos de mi abuela al parecer no iban a cesar, con dificultad la mire. Tenía los ojos hinchados, suspire y acaricie la mejilla de mi abuela.

—Yo también te extrañare, abuela—ella se separó de mí, y beso mi frente.

—Que la virgencita te acompañe, hijo mío—y como siempre, me dio la bendición.

Le sonreí.

—Gracias, abuela—ella me sonrió.

—Solo te pido que cuides muy bien a tu prima, nde más que nunca eikua’a mba’eichapa ha’e ko mitakuña.*

Solté una risita.

—Descuida, abuela. La cuidare, como mi vida.

Tefy, rodo los ojos.

—Lo que sea, ya quiero ir hacia Londres ¿Paramos esta despedida tan triste?

Mi abuela soltó una risita para luego negar con la cabeza.

—Bueno niños, me encanto haber pasado con ustedes,ahayhutereí peẽme*—ella beso nuestras frentes—Y cuídense, no olviden, Paraguay siempre les recordara y yo con ustedes.

Sonreí melancólica, evitando el llanto. Mi abuela, la dejaría después de dos largos años con ella. No me arrepiento haberla conocido, y espero pronto volver a verla.

(…)

—Vuelo 234, destino Londres, por favor, pasar por la puerta 9.

Tefy soltó un suspiro, algo cansada, sabía que esto de viajar no era lo suyo.

Mi prima, con tan solo 16 años viajaría conmigo, a Londres. Sus padres Vivian ahí hacen como 3 años, pero les prometieron que ella vendría a vivir con ellos cuando tenga los 16 años cumplidos. A ser verdad mi estadía en Paraguay fue bonita, visitar los lugares naturales, aprender el idioma, aunque no me considero un genio pude entender y decir algunas palabras en guraní, sin perder mi práctica del inglés y un poco de portugués. Mi abuela, la cual por fin conocí me trato de maravilla apenas llegue, mis tías también, nunca creí conocer a las hermanas de parte de mi padre.

Me encontré con algunos primos, de los cuales dos tenían mi edad. Pero la costumbre que se quedó de allí fue el terere y la chipa, que quizás será una costumbre de mí, por siempre.

Reaccione y mire mi camino, ya habíamos pasado el detector de metales. Acomode bien mis gafas, que lo utilizaba gracias al cansancio y por fin pude subir al avión.

Tefy, sonriente me miro.

—No puedo creer ¡Voy a Londres! —torcí mis ojos divertido, esta niña era muy activa.

Una vez que el avión estuvo en marcha me sumí nuevamente en mis pensamientos. Pensando en los países donde recorrí mi niñez.

Como Argentina, país donde nací y mi padre se crio.

Brasil, el lugar que dure unos meses pero estuvo de buena la vista.

México, donde pase mis primeros días aprendiendo español.

A Chile, donde conocí gente estupenda.

Uruguay, donde nació mi pequeño amor hacia el mate ya que en Argentina no aprendí a tomarlo.

Venezuela, un lugar exótico, un lugar que muy rápido cogí cariño.

Y por último, Colombia.

No puedo creer que a pesar de viajar a esos países aun siga queriendo a una niña, a Erika.

Girl Almighty >>niall's daughter 2.Unde poveștirile trăiesc. Descoperă acum