Capítulo 3 💘

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El explorador

—¿No estas enojada? ¿No vas a gritar? —dijo sorbiendo su nariz.

Yo negué con la cabeza mirando al niño hasta que mi vecina habló.

—¿Alex, el niño es tu hermano?

—No, vivo sola.

—Entonces, ¿Quien es?

—No tengo la más mínima idea. Pero mirando el lado positivo sabemos que no es un asesino. Es un avance.

—Soy Lucas —Dijo el chico respondiendo una de mis muchas, muchas dudas.

—Bueno, ahora que estas segura de que nadie te va a asesinar a sangre fría mientras duermes. Me voy a mi departamento. —Dijo mientras miraba a Lucas.

Dejo el bate de béisbol apoyado sobre la pared y como si los quince minutos anteriores nunca hubiesen pasado sus ojos se volvieron cristales rotos para volver a su triste llanto silencioso, salió de mi departamento sin que yo llegara a preguntarle lo que le pasaba o a decirle adiós.

Por más que me hubiera gustado consolarla en este momento, tenia que preocuparme por un niño que no conocía, por más tierno y lindo que Lucas fuera no cambiaba el hecho de que se había metido a mi departamento.

—¿Entonces Lucas se puede saber porque te quisiste meter en mi casa?

El niño me miro y yo pensé que me respondería cuando dijo —Tengo hambre, ¿Tienes algo que ¿pueda comer?

—Si, pero primero se puede saber...¿Por qué estas en mi departamento a estas horas?

—No, si no me das algo para comer, no se puede —Y esas palabras casi acaban con todo su encanto de niño bueno, tierno e inocente. Casi.

—¿Que te parece si jugamos un juego- digo mientras tomo un frasco con galletas —por cada pregunta que respondas te doy una galleta?

—Esta bien—Responde mirando fijamente el frasco que tengo entre mis manos con ilusión. Ambos nos sentamos en el sofá de mi sala. Y comenzamos a hablar.

—Entré a tu departamento por que estaba explorando mi nuevo edificio, porque yo soy explorador —Dijo sonriendo, le faltaba un diente lo que hizo que Lucas me pareciera incluso más dulce que antes —Me dio mucha hambre y tu puerta era la única que estaba abierta... Además de la mía claro... — Tengo que admitir que ahora me siento un poco idiota: Soy una chica que vive sola desde hace solo dos meses, tengo dieciocho años, se me ocurre ver una película sola a las cuatro de la madrugada y para colmo dejo la puerta abierta... por favor denme el premio de la estupidez.

—¿Eso quiere decir que vives en un departamento de este edificio?

—Si, en este piso

—¿En qué departamento?— Pregunté yo realmente interesada.

—En el departamento que esta enfrentado al tuyo.- Ese departamento vendría a ser el del chico que quería matarme con un bate. Deben vivir juntos, después de todo, solo hablo con un niño, el más adorable que conozco de hecho.

No conozco a muchos niños pero al menos es más agradable que mi prima que cada vez que me ve dice que soy aburrida, que necesito un cambio de look y me corta un mechón de cabello...como pasó en mi cumpleaños hace tres semanas.

—Supongo que no vives solo ¿verdad?—Dije para confirmar mis sospechas. Tal vez se había mudado una familia entera justo frente a mi. Hay esperanza de que alguien con quien pueda tener una amistad se esté mudando a mi piso. Quizá una amiga de mi edad.

—Vivo con mi hermano pero ahora está discutiendo con mi tío sobre "temas de adultos—bostezó y luego continuo hablando-Pero yo estaba aburrido quería explorar y...— bostezó otra vez y se notaba que los ojos le pesaban demasiado.

Ya no cabe duda de que el hermano de Lucas el chico de ojos azules que vi antes.

—No te preocupes, yo voy a buscar a tu hermano. —Digo pero le hablo a las paredes de mi hogar por que el tierno niño con el que yo hablaba hace unos momentos había caído rendido y ya había llegado al maravilloso mundo de los sueños.

Fui a mi habitación en busca de la manta que me cubría mientras veía la película y cuando regresé al sofá vi como Lucas seguía durmiendo pero ahora babeando mi almohadón favorito, lo tapé con mi manta y lo deje en mi departamento ahora asegurándome de cerrar bien la puerta detrás de mí.

Apenas salgo al pasillo escucho los gritos viniendo del apartamento de mis nuevos vecinos. Los gritos son de una familia amargada. Yo sé reconocer bien ese tipo de discusiones entre familiares estaba enfrente del departamento cuando toque el timbre.

De pronto el ruido detrás de la puerta que escondían las paredes del departamento F desapareció dejando escuchar una calmada y fría capa de silencio por la que se podía sentir la tensión en el ambiente.

La puerta se abrió dejando ver a un hombre que aparentaba tener entre cuarenta o cuarenta y cinco años.

Me sorprendí al no ver al chico ojiazul que había visto tiempo atrás.

Tenia un gesto de disgusto al abrir la puerta pero al verme trató de usar una mascara de bondad y me sonrió. Si no lo hubiese visto segundos antes podría jurar que la sonrisa era verdadera.

—Buenas Noches señorita, perdón por haberla despertado con los gritos, no era nuestra intención.

—No se preocupe—Dije devolviéndole la sonrisa—Soy Alex Flech su nueva vecina al parecer, solo quería preguntar si usted conocía a un niño llamado Lucas porque se apareció en mi apartamento y bueno... el me dijo que vivía aquí.

—¡¿Lo ves?! —Gritó furiosa la misma persona que segundos antes tenia una sonrisa. —Por esto no puede quedarse aquí, tu no puedes cuidarlo solo.—Eso fue lo ultimo que escuché cuando me cerraron la puerta en la cara.

No, creo que... Creo que no hay posibles amistades por aquí.

Los gritos continuaron y yo estaba dispuesta a irme. Me gire hacia mi puerta. Pero el ruido de la puerta del departamento F abrirse hizo que yo me volviera a esta.

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