「Pareja」

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Hoy era el día, definitivamente era el día, y no iba a cancelarlo por nada del mundo. Aunque claro, estaba que me cagaba encima.

Le diría a mi madre que estoy saliendo con un chico, y lo llevaría a casa. Después de todo, ya sabía que tenía pareja, aún así, nunca accedí a contarle nada más allá de eso, le dije que era una sorpresa.

Solté un suspiro antes de sentir como me tomaban del brazo y tiraban de mi en medio del pasillo de la universidad, espantándome enseguida; y juro, juro que estaba a punto de pegar puños al aire hasta sentir la respiración contra mi cuello. Menudo hijo de perra. Era Tord.

- ¿Hoy conoceré a la suegra?.- le oí reír, haciéndome estremecer; ¿por qué habla cerca de mi oído? Es que escuchar su voz rasposa y grave, es como, uff, mierda. Dan ganas de comérselo entero. Fingí estar molesto antes de girar la cabeza a encararlo, sujetando sus manos.

- Se supone que si, aunque ya te conoce de antes, pero ahora si sabrá lo que somos en realidad.- Reí también, dejando un beso en su mejilla antes de acurrucarme contra él, sintiendo como me envolvía y apegaba a su cuerpo luego de apretujarme suavemente entre sus brazos; ¡mamá amo a mi novio!.
- ¿planeas quedarte en este rincón de la universidad hasta que alguien venga y nos vea?.-

- ¿Si?.-

Rodé los ojos, mordiéndome el labio inferior para no sonreír.
- No, camina.- tiré de él, y no se soltó el desgraciando, caminaba abrazado a mi cintura como un panda gigante detrás mía, siguiendo mis pasos.
- eres un infantil, así nadie te querrá aunque seas lindo.-

- Tú me quieres.- guardó silencio, recargando su mentón en mi hombro.- y ohhhh, ¿acabas de decir que soy lindo? ¿Tú? Diablos señorito.- sentí sus labios sobre mi cuello, obligándome a entrecerrar los párpados mientras caminábamos, un reflejo; ¡era un pegote!.- estás guapo, ¿no quieres darme tu número, dulzura? No te vayas a enfadar, me traes loquísima, hermoso.-

- ¡Pfff!.- lo empujé cuando ya no pude más, tocándome el cuello entre carcajadas.- ¡Ya! ¡Tord! ¡Me haces cosquillas! ¡Camina bien, ridículo con barba!.- me crucé de brazos, burlándome de él con la mirada.

Ya planearía correr cuando me respondiera.

- Owww, ¿me lo dice el pitufo con un trasero enorme? Tú eres ridículo.- Sonrió, mierda, era tan lindo. Pero igual lo odiaba.

Y era gracioso, porque nos tratábamos igual de asqueroso que cuando éramos dos idiotas insultándose en un grupo de cuatro amigos adolescentes e inmaduros. La única diferencia, era que aunque fuese de broma o enserio, que nunca ocurría en realidad, siempre acabábamos comiéndonos a besos, si es que no llegábamos a la otra cosa (que también siempre pasaba).

Quién diría que acabaría queriendo a este pedazo de imbécil.  

Tras acabar nuestra pequeña discusión, acabamos haciendo una carrera a mi casa, con la propuesta de que el primero en llegar controlaba el primer mando de la PlayStation en la próxima partida.

Adivinen quien perdió.

- ¡Te dejé ganar!.- reía entre jadeos, apuntándome mientras yo intentaba recuperar el aliento; el imbécil nunca aceptó que yo era mejor en los deportes; Bueno, nos llevábamos por una diferencia del cero coma cero cero cero cero uno por ciento, pero igual yo soy mejor.

- Cállate y acepta tu derrota, ven, vamos a casa.- apunté la entrada de la vivienda de mamá, acercándome a la puerta con el único propósito de abrirla con las llaves; Pero bueno, mi madre me ganó.

- ¿Tom? Creí que vendrías con.. tu novia.- Apreté los dientes. Creí que iba a llegar más tarde del trabajo, yo iba a preparar la cena, ah mamá, ¿por qué le haces esto a tu hijo?.- ¡Tord! ¿Vienes a jugar con Tom mientras llega su novia? Vengan, ¡pasen!.-

C u e r n o s  Y  C u e n c a s   |Tordtom One-ShotsWhere stories live. Discover now