El Halcón Milenario

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Había pasado una semana desde mi llegada a la capital. Mi nueva vida con Leia, Ben y Han iba bien, incluso pude conocer al peludo amigo de la familia, Chewbacca, con el que instantáneamente me llevé de maravilla. Era un Wookie bastante divertido y protector. Y junto con él y Ben, las tardes se pasaban casi volando entre juegos, risa y diversión. No obstante, Han aun se mostraba renuente con la idea de mi estadía con su familia.

Era de madrugada, era el inicio de mi segunda semana en casa de los Solo, y me despertó el sonido de unas voces discutiendo en la cocina. Parecía ser que las peleas que Ben me había comentado eran ciertas y bastante habituales.

Me levanté sigilosamente y con ayuda de mis sentidos pude ver a través de la puerta a Leia subir a su habitación hecha una furia. Cuando su compuerta se cerró bajé hasta la cocina, y pude ver por la ventana a Han. Iba caminando de igual manera muy enojado, pateando todo a su paso y refunfuñando. El hombre se subió al Halcón Milenario y encendió las luces pero no despegó. Yo fruncí el ceño y me encamine decidida hacia él, no sin antes tomar algunas cosas de mi habitación.

Salí a la fría noche acompañada solamente de tres cosas: mi sable, mi navaja de bolsillo y mi caja de ahorros. Estaba decidida a hablar con el hombre, pero a medida en que me acercaba a la imponente chatarra mi valor iba decreciendo y convirtiéndose en nerviosismo.

Subí sigilosamente la rampa y vi que él se encontraba en la sala principal con los ojos cerrados, el ceño fruncido y seguía refunfuñando. Miré un poco a su alrededor y pude notar algunas cajas de refacciones; mi experiencia me ayudó a identificar las piezas, y así pude darme cuenta que el señor Solo se encontraba todavía reparando los daños que mi berrinche en Tatooine, le habían provocado al Halcón. A su lado había algunos papeles que me indicaban que había tenido algunos problemas para adquirir las costosas refacciones del antiguo carguero Coreliano.

Él no se había dado cuenta de mi presencia y me dediqué a estudiarlo más de cerca. Fue ahí cuando pude notar que Ben se parecía en verdad mucho a su padre.

Sin querer sobresaltarlo aclaré mi garganta y él abrió los ojos de golpe dando un pequeño brinco. Su ojos se posaron sobre mí y me miró con algo de desprecio

-¿Qué haces aquí, niña?-Dijo en un tono severo, que me hizo pensar que todo había sido una mala idea

-Solo quiero hablar con usted señor Solo- Dije mirando las puntas de mis pies.

-Lárgate- Un tono hostil salió de su garganta mientras apuntaba a la puerta aún con su mirada posada sobre mí. Yo respiré profundo y me senté junto a él.

-Ella lo ama-.. Dije en un hilo de voz. Acto siguiente tomé su mano entre las mías y respiré profundo

-¡¿Pero qué...?!- No lo deje terminar. Inmediatamente comencé a proyectarle todas las imágenes que Leia me había proyectado a mí el día que la conocí. Todas las imágenes que ella tenía de él. Todas sus aventuras, retos, temores, hazañas, felicidad, tristeza, su boda, su embarazo, la llegada de Ben... Todo.

Al terminar solté suavemente su mano y él me miró con una expresión indescifrable.

-Se que usted no confía en mí y teme que lastime a sus seres queridos, pero créame que eso sería lo último que yo querría, su familia en poco tiempo me ha aceptado, alimentado, cuidado y llenado todas mis necesidades. Ahora mi meta número uno en la vida es protegerlos con todas mis fuerzas, pues estaré en deuda con ellos hasta el día de mi muerte. No quiero causarles más problemas de los que ya les causó así que, señor Solo, si usted me lo pide me iré. Me alejaré de ellos y dejaré que vivan su vida lejos de mí... No me gusta ver a Leia enojada ni a Ben triste así que eso estoy dispuesta a hacerlo por el bien de la familia... Solo dígalo y me marcharé...- Miré. De nuevo mis pies y apreté un pedazo de tela de mi camisón con mis manos.

La Profecía de la Fuerza (KyloRenxReader) (HuxxReader)Where stories live. Discover now