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Continuación...

Harry había estado trabajando para Tomlinson en su nuevo cargo desde hacía una semana. Había dejado su trabajo en el Tango y estaba consiguiendo más horas de sueño de las que había tenido en meses. Encontró el trabajo que hacía por Louis interesante y estimulante. Louis era un CEO ocupado y Harry encontró que hacía malabares entre sus citas de reuniones, ocasionales apariciones para actos de caridad y los normales negocios diarios en la oficina.

Le había tomado un par de días para darse cuenta de que Brianna se había centrado en lo que la mantuvo en el radar de Louis después de haber ido a menudo, de acuerdo con Louis, con preguntas y problemas que Harry manejaba por su cuenta.

Dos veces, Louis se mostró sorprendido por la facilidad con que Harry había asistido a asuntos que Harry consideraba básicos. Mientras que antes dos o tres personas se habían lanzado para ayudar con los deberes de Brianna , ahora, gracias a Harry, los otros eran libres para concentrarse en sus propios puestos de trabajo. No era de extrañar que Louis hubiera sufrido de migrañas.

Louis tenía las cerraduras de las puertas de la oficina modificadas desde ese lunes por la mañana, pero las llaves perdidas se mantuvieron persistentes en la mente de Harry. ¿Por qué Brianna las tomaría? Harry mantenía una estrecha vigilancia sobre Freddie cuando estaban fuera de las oficinas y en la tienda. A veces los dos bajaban a la cafetería para almorzar juntos.

Freddie lo disfrutaba charlando con Harry sobre esto o aquello. Un par de veces, Louis se había unido a ellos. La mayoría del personal mostró aprecio por las capacidades de Harry y su buen carácter, porque se tomó el tiempo para aprender sus nombres y construir una buena relación con ellos, algo que su predecesora evidentemente, no se había molestado en hacerlo.

Era lunes y el viernes sería Navidad. Harry no tenía planes de este año ya que ahora estaba solo en el mundo; toda su familia se había ido. Pensó que se quedaría en casa, ordenar comida y ver el desfile como él y su madre solían hacer, tal vez pensar en ella y solo estar de perezoso.

Se las había arreglado para encontrar un refugio local de animales con los gatitos de la edad adecuada para adopción e hizo los arreglos para recoger el jueves uno para Freddie. Ya había utilizado la tarjeta que Louis le había dado para adquirir todas las cosas que necesitarían para cuidar de la nueva mascota, incluyendo alimentos y juguetes. Había hablado con el dueño del refugio y se había asegurado que el gatito estuviera listo, después de tener todas las vacunas necesarias. La señora le dijo que el gato era uno de los dos que salieron de una camada y ella estaba esperando que alguien se llevara el último antes de que se cumpliera el tiempo. Harry tuvo que morderse la lengua para no decir que adoptaría el gatito restante. Tener una mascota nunca se le había ocurrido antes de hacer todos los arreglos para la de Freddie.

No había pasado tanto tiempo a solas con Louis como Harry había esperado, pero había habido largas miradas entre ellos ya que trabajaban juntos o se cruzaban uno a otro durante el día.

Harry adquirió más y más funciones. Hacía los arreglos con la tintorería para los trajes de Louis y se hizo cargo de algunas de las tareas del hogar, como pedir comida para el ático, como cereales y refrigerios saludables para Freddie.

-¿Estás ocupado? -Harry oyó la voz de Louis y experimentó el escalofrío que por lo general le inducía. Louis había estado fuera de la oficina todo el día en reuniones con los responsables de las otras tiendas. Harry había arreglado llevar refrescos a la sala de juntas a las cuatro y estaba cerca de eso ahora. Freddie estaba sentado junto a él, después de haber terminado de trabajar en sus propios y muy importantes papeles. Harry había instalado una pequeña mesa junto a la suya y Freddie pasaba tiempo con él todos los días, trabajando junto a él en los papeles para papá.

-No en este instante. Tengo que bajar para mi turno. Freddie, cariño, ve y colócate tu traje -dijo. Freddie se levantó y corrió hacia Louis para un rápido abrazo antes de entrar en el cuarto de baño contiguo a cambiarse. -Me estoy preparando para cerrar aquí e irnos. ¿Hay algo que necesites? -Harry bloqueó los cajones de la mesa y se levantó.

-¿Quieres decir, además de un tiempo a solas contigo? - Louis sonrió con tristeza y se acercó más. ¡Oh, cuanto ansiaba Harry un beso de él... o varios.

-Si, además de eso. Tengo que programar algún tiempo para eso, ¿huh? -Harry dijo, sin burlarse realmente.

-Ahora ahí hay una idea -Louis se acercó aún más y Harry pensó que iba a inclinarse para darle un beso.

Su corazón latía con fuerza. Entonces oyó a Freddie saliendo del baño.

-Harry, estoy listo. Papá, ¿vas a besar a Harry de nuevo? -Freddie miraba expectante.

-Pensé en eso chico, pero no hay tiempo en este momento -Louis dijo, inclinándose para recoger a Freddie de nuevo. -¿Cómo está mi duende favorito hoy?

-Estoy bien papá. Harry y yo tenemos que ir a hacer fotos ahora. Nos vemos después de mi turno -Harry y Louis ambos se rieron de esas palabras viniendo de un niño de seis años de edad.

Louis ajustó a Freddie de nuevo y dijo en voz baja a Harry -Te veré después de tu último turno esta noche.

Harry se estremeció de nuevo, ante la promesa de esas palabras. Antes de que pudiera decir algo, el ascensor se abrió para revelar varios de los asociados de negocios de Louis, que llegaban aquí para la reunión.

Santa tenía un poco más de chispa extra para la tarde. Las fotos serían probablemente las mejores del grupo sólo porque Santa estaba tan malditamente feliz y emocionado acerca de esa noche.

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✨Algo para Santa✨ [ Larry Stylinson ] AdaptaciónWhere stories live. Discover now