En diferentes idiomas// NCT [editando]

phom rak khun: parte 1

Cualquiera diría que escapar de tu país es por alguna cuestión complicada, problemas familiares, económicos o políticos pero nada de eso me impulsó realmente. Solo me sentía como un pájaro domesticado y encerrado, viviendo con la monotonía aburrida de la vida promedio de un chico normal. Así que tomé todo el dinero que había logrado ahorrar con mi trabajo de medio tiempo y me dirigí al primer lugar que se me ocurrió: Corea del Sur.

Años atrás había asistido a unos cursos avanzados de inglés y recibí mi constancia, por lo tanto no tendría muchos problemas en la comunicación, quería intentar dar clases y si tenía la oportunidad, ser maestro de tailandés.

Tailandia es un país sumamente pintoresco, los ánimos son inmensos y la gente suele ser bastante única, pero quería expandir mis horizontes y en mis plenos veintidós años, sentía como se me iba la vida de las manos, por lo que el viaje no me caló en lo mínimo. Extrañaría mi familia, pero me iría con la frente en alto, listo para cursar una aventura. 

Tal como pensé, no resultó complicado encontrar trabajo en lo que estaba buscando, di con una escuela recién fundada, y al llamar fui citado a las oficinas para firmar el contrato. Esto en serio sería el principio de todo, estaba emocionado al máximo y en el futuro trataría de convencer al director de impartir una clase de mi idioma. 

Todo estaba avanzando a la perfección, el adaptarme a las nuevas personas que serían mis compañeros de trabajo podría haber sido un percance, pero, como era de esperarse, el personal del lugar hablaba inglés fluidamente, así que cuando entré al edificio rápidamente encontré el departamento de recursos humanos. Todo se veía sencillo, como una escuela común y corriente, bastante humilde pero con las instalaciones suficientemente cómodas y equipadas para dar clases de buena calidad. Leí en Internet las varias propuestas estudiantiles y los métodos ocupados para personas de todas las edades y necesidades. La gama no se limitaba a lo básico, iban desde inglés, chino, japonés y coreano para extranjeros, hasta especializaciones en áreas tales como: negocios intencionales, economía, ciencia, entre otros. Me parecía estupendo, aprender lo fundamental tenía peso, pero inclinarse a lo que realmente requieres en el trabajo era lo ideal.

Mientras me encaminaba al sitio acordado, me tomé el tiempo para observar el edificio: los pasillos eran largos y las paredes de un tono neutro estaban adornadas con algunas fotos de distintos países, —tomas muy buenas cabía resaltar—, con la finalidad de embelesaban el lugar; sería agradable quedarse para analizar los detalles de los cuadros, aunque no era el momento, faltaba poco para que diera la hora citada, sería para otra ocasión. 

Al arribar al cubículo de recursos humanos, tuve una breve entrevista, llené algunos formularios y sin más contratiempos obtuve el empleo. La chica que se encargó de las documentaciones me pidió llevar el contrato con el director, él mismo se encargaba de firmarlo y así amarrar el acuerdo. Obedecí sus indicaciones, le agradecí y me dirigí al lugar dictado.