Aishiteru: parte 4

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—Taeyong, por favor deja de estar de ese modo. Puedo soportarte viendo como eres un gruñón todo el jodido día pero tu depresión es demasiado contagiosa, basta— Doyoung me punzaba el brazo—. Mira, saliendo de clases vayamos por ese frappé que me debes.

Estuve a punto de reclamarle, porque claramente no le debo nada, pero me limité a dar un largo suspiro y regresé a mi posición, con los brazos cruzados sobre mi pupitre y mi cabeza hundida en el espacio que creaban mis extremidades.

—Si te parece muy complicado dar clases junto a Nakamoto, simplemente no lo hagas. Debes venir a los cursos en la tarde, ir a trabajar en la noche y en la mañana enseñar, es demasiado hasta para ti— Doyoung sonaba preocupado y parecía una madre reprendiendo a su hijo, me sacó un poco de quicio pero realmente estaba tan abatido como para empezar una de nuestras típicas disputas —. Te ves patético Tae, te lo digo como buen amigo—, al mismo tiempo que escupía tal estupidez se puso a acariciarme la cabeza para reconfortarme. 

Decía puras verdades, todo resultaba bastante consumidor pero esa oportunidad de colaborar junto a Yuta, no me la iba a arrebatar nadie y no es como si consiguiera algo más con eso pero por lo mismo,  es la única manera en la que me puedo acercar a él y también no quiero dejar de apoyarlo.

Doyoung proseguía a pasar su mano por mi cabello, no le interrumpí porque a decir verdad, sí me hacía falta ese apoyo, pero de pronto se detuvo.

—Mierda— susurró —, que miedo, me vio horrible a penas entró al salón— dijo mi amigo, aunque no entendí bien a qué se refería—. El maestro me odia, perfecto— su tono se volvió sarcástico y después de eso, se fue a su debido lugar.

La clase dio inicio y yo sin una pizca de energía. 

Espero que Yuta no se percate. 





—Taeyong, te voy a decir algo— me decía a pesar de que no me tomé la libertad de voltearme para verle la cara y escucharlo mejor —. No quería comentarte porque quería que tu avanzaras por ti mismo pero no soporto verte en esas condiciones, te estás consumiendo por mero amor, me das asco— el chico hablaba en voz baja, aunque lo suficientemente claro como para que lo escuchara. 

—Vete a la mierda, Doyoung.

—Vaya, al fin reaccionas— el chico suspiró, estaba aprovechando que el profesor había salido unos momentos para ir a buscar unas hojas de lectura para los alumnos —. Escúchame bien, a él le gustas— luego de eso, hizo una pausa de silencio demasiado dramática, como si estuviera esperando a que reaccionara de forma eufórica.

—¿Por qué dices estupideces?— le contesté con pocas ganas, incrédulo por la que me parecía una tontería y hasta una broma. 

Nakamoto regresó de la nada, interrumpiendo nuestra pequeña charla.

—Tu y yo no hemos acabado— me amenazó Doyoung y así regresamos a los estudios.




Acabada la sesión, Doyoung se colgó la mochila en la espalda y se paró frente a mí, aun no guardaba mis materiales, me sentía con el cuerpo pesado y la cabeza me daba vueltas, no había tenido la oportunidad de comer. 

—Tenemos que discutir.

—Doyo, estoy muy cansado quiero ir a casa.

—No me interesa, no voy a permitir que esto empeore— me tomó del brazo, no poseía un cuerpo muy esbelto por lo que no me lastimó pero el tirón fue suficiente para levantarme con éxito. 

En diferentes idiomas// NCT [editando]Where stories live. Discover now