saranghae: parte 3

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ChenLe no me volvió a hablar, se mantuvo en constante ley de hielo. Le aunamos mi orgullo y el hecho de que no tengo ni idea del porqué se comporta de esa manera y todo da como resultado un ambiente lleno de tensión durante las clases o cuando pasamos tiempo con los demás. De todas maneras no es mi culpa, ¿cómo podría resolver la situación sin saber qué sucede? Aunque ChenLe nunca se queda demasiado tiempo. Siempre veo como le marca a su chófer para que llegue y así poder irse, me trago mis ganas de detenerlo...

He intentado pedirle apoyo a Sicheng, el mayor de nosotros aunque tampoco entiende muy bien, solo me promete sacarle información.

El verdadero mal estar se manifestó en la ocasión que ojeaba mis hojas sin sentido alguno, hasta que llegué a la última, en ella unos garabatos, intentos de signos coreanos que decían cosas como: "eres el mejor", "tus dibujos son realmente buenos", "te invito un chocolate", "por favor, no me mates porque si no cómo te voy a querer". La hoja entera plasmaba mensajes dejados por ChenLe, a veces a escondidas y a veces tratando de molestarme. 

Pasé mi mano por aquellas letras que en su momento parecían un juego o una broma pero sí, cada mensaje de parte del chico, era una sonrisa que salía de mí, naturalmente y sin complicaciones, hasta en momentos de dificultades.

Quisiera que todo regresara a la normalidad.




Por otra parte, dado a lo difícil que se ha tornado estar con los demás, paso más tiempo con Jisung y no es un tipo de reemplazo, simplemente se han dado las ocasiones. Resulta que siempre me lo topo en la hora de la salida y como en estas épocas, las tareas son escasas no pierdo la oportunidad de ir a jugar. 

Para ser honesto solo en esos momentos no pienso en lo cansado del día a día. El vivir en un país extranjero es complicado, el tipo de cultura es diversa y los aprendizajes para acoplarse nunca llegan a su fin, a parte, debo cumplir con los cursos de inglés y sobretodo con mis clases de fin de semana de arte, por las cuales me mudé a Corea. Una gran academia me había otorgado una beca accesible. Por supuesto, como aun no dominaba el idioma, ocupé un horario de dos días para así centrarme en aprender el coreano. 

Extraño a mi familia casi todo el tiempo, sobretodo la comida.

Aunque si soy sincero, lo que más me aqueja ahora es más bien, alguien.

—Hey, Huang. Tierra llamando a Renjun— el menor me hacía muecas con su rostro para llamar mi atención y luego de la quinta expresión graciosa, le hice caso y solté una carcajada. Su cara con forma de "pollito" no lo ayudan mucho a aparentar rudeza como él pretendía—. Por fin me haces caso. Aún no me dices qué videojuego pongo en la consola— 

—Perdón, estaba distraído.

—Me di cuenta. Pude haberte besado y no te hubieras enterado...— fue un susurro audible o ¿a caso fue mi imaginación?

—¿Ah?

—Nada. Voy a poner "Mario Kart", ya que no elegiste— el chico no me miró a los ojos mientras me hablaba, se fue en seguida para colocar el disco en el aparato y traer a nosotros los controles. No quise volver a preguntar, porque solo fue una broma, ¿no? Seguro no lo escuché bien. Debo dejar de estar de paranoico.

—¿Te portas así por ese tal ChenLe?— de la nada rompió el silencio que se había formado por la concentración en las carreras plasmadas en la pantalla. 

—¿Así cómo?— en el fondo sospechaba a qué se refería pero necesitaba confirmarlo. En parte me daba mala espina en cómo terminaría esta charla. No creí que fuera tan grave mi divagación.

En diferentes idiomas// NCT [editando]Where stories live. Discover now