Cap 16

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-ojalá sean felices- grito el rubio para salir corriendo de aquel lugar

Las lágrimas se acumulaban en sus ojos lo cual nublaba su vista, no le importaba a donde se dirigiese en ese momento, no sabía en quien confiar, sus padres no eran sus padres, pronto tendrían un nuevo bebé y a él lo desecharían cual juguete viejo.

-maldita sea- grito el pequeño después de haber corrido sin cesar

El pequeño paro su paso, miró varias veces a su alrededor observando su entorno, volvía al inicio, estaba abandonado, perdido, solo, no sabía en qué lugar se encontraba, todo daba vueltas a su alrededor, había tantas luces, tantas personas, el mundo se le caía en su cara y luego calló, en un callejón oscuro, junto de la basura, como en un inicio, se maldecía por haber salido corriendo porque necesitaba un abrazo de su madre, ya no le importaba que, quería abrazarlos, a ambos.

-Mama, te extraño- susurro el pequeño para juntar sus piernas con su pecho y esconder su rostro

Eso sería lo más cálido que encontraría para llorar en ese momento, ya no sabía que hacer, si seguía se perdería más, pero si se quedaba vería el tiempo pasar imaginando como su familia era feliz sin él, aunque eso, de cierta forma lo ponía feliz, pues ellos estaban felices, aunque no fuera con el.

-yurio!!- se escuchaban gritos a lo lejos

-yurio!!- de diferentes voces

El pequeño rubio no se movió, sentía miedo, de que su mente le estuviese jugando una broma, de que las horas que habían pasado combinadas con la fria y triste noche de Japón lo estuvieran volviendo loco, por eso decidió no moverse pero en cambio lloro más fuerte, tan fuerte al punto de dejar de ser llanto y convertirse en lamento algo que alertó rápidamente un alfa en específico el cual no dudó en separarse e ir a donde provenían aquellos lamentos.

-cariño- grito el joven alfa al notar aquella pequeña bolita rubia en el fondo de un callejón oscuro y lleno de basura

-jean- susurro el pequeño sin alzar la vista, con su cara entre sus piernas

-yuri- grito el joven alfa para correr a abrazarlo

Ambos niños se abrazaron, yurio no soporto y lloro dentro aún más dentro del pecho de su alfa, succionando todo su aroma, todo el posible, pero no era eso, ese aroma no era el que necesitaba.

-yuri?- se escuchó desde el fondo una tranquilizante voz, dulce y suave la cual se oía quebrada por el llanto

El pequeño levantó la vista y observó a su de donde provenía la voz, era su madre y junto de él su padre, se veían exhausto; yurio se maldijo por hacerles pasar eso a sus papás pero en ese momento solo le importó correr a sus brazos y abrazarlos, absorber sus aromas.

-Mama, papá- dijo el rubio en llanto ya en el pecho de su madre dándoles un gran abrazo

-yuri, lo sentimos tanto, creímos que era tiempo para decirte por la llegada del bebé nuevo y él cómo tomarías de qué se pareciese a nosotros o alguna cosa por el estilo- dijo yuuri nervioso abrazando a su bebé, escondiendo aquel pequeño rostro en su pecho, tomándolo de tal manera que nunca más lo volviera a soltar

-yo lo siento más- hablo por fin el rubio en medio de aquel abrazo más sin separarse de su madre- fui un egoísta, creí que cuando aquel bebé naciera sería genial pero luego me contaron esto y creí que ya no me querrían más, que solo sería un juguete de estantería, yo no quiero ser juguete de estantería- hablo el pequeño entre lágrimas sorprendiendo a todos los presente

-te prometemos que nunca serás nuestro juguete de estantería, pues eres y serás nuestro mejor regalo, tú llegaste a alumbrarnos la vida, prometemos que donde estamos es por ti, todo por ti- dijo Viktor tomando a su pequeño

Aquella escena fue sin duda la mejor, ahora podrían seguir siendo la gran familia feliz que siempre habrían sido, su pequeño podía confiar más en ellos y ellos en el pequeño, todo se encontraba casi bien.

mama sustitutaWhere stories live. Discover now