↳capítulo veinticuatro (ii)

3.3K 378 41
                                    

Eunyeon

( segunda parte )

Pasamos gran parte de la mañana en aquel cuartucho, esperando a que los cuatro adultos llegaran a algún acuerdo con la jueza.

Desde que Jungkook había soltado aquella bomba sobre mí no había sido capaz de mirarlo con los mismos ojos. La rabia me consumía. En más de una ocasión trató de acercarse a mí y arreglar las cosas, pero yo le esquivaba, huyendo a la punta contraria de la habitación. Finalmente se rindió.

Le observaba desde la distancia. Descansaba con las piernas abiertas y los brazos reposados sobre esta. Llevaba minutos con la cabeza gacha, y comenzaba a preguntarse si no se habría quedado dormido. El momento en el que sus ojos me buscaron supe que no.

—Eunyeon, escúchame bien —comenzó a hablar. En la sala tan solo estábamos nosotros y una pareja de ancianos que parecían ajenos a todo—. Sé que últimamente me he comportado como un capullo, pero quiero que sepas que nada de lo que he hecho o haré ha sido en contra de nuestra familia. Yo... Yo solo quiero que todo vuelva a ser como antes, ¿tú no?

Fue entonces cuando vi en sus ojos, después de mucho tiempo, al mismo Jungkook que lloraba en silencio todas las noches mientras calmaba mis ataques de nervios. Al chico de apenas once años que se encontró de repente sin nadie con quien jugar al balón mientras mamá y yo preparábamos la cena. Sus ojos le delataron. En su interior, muy en el fondo, seguía siendo el mismo crío que había perdido a su padre.

—Ya nada va a ser como antes —murmuré apartando la mirada de sus ojos.

Parpadeó un par de veces y tragó duro, probablemente intentando deshacerse de las lágrimas traicioneras que comenzaban a hacer que sus ojos se vieran cristalizados. Una vez más, agachó la cabeza.

Muchos minutos más tarde la puerta del despacho se abrió de nuevo, saliendo los abogados primero. Detrás de ellos caminaban nuestros padres, quienes hablaban serios. Me sorprendió no ver ningún rastro de malestar o tristeza en el rostro de mi madre, más bien parecía contenta con cómo habían resultado las cosas.

—Jungkook, hijo —le llamó mi madre—. Hablemos.

Y con aquello ellos dos se adelantaron y salieron del edificio. Mi padre se despidió de su abogado y caminó en mi dirección. Me puse en pie, dispuesta a marcharme, pero su agarre en mi brazo me detuvo.

—Nosotros también tenemos que hablar, Eunyeon.

—No tengo nada que decirte que no sepas ya.

—Yo sí tengo cosas que contarte. —Rodé los ojos dando el primer paso lejos de él—. Hazlo por tu madre.


El ambiente de la cafetería era cálido y reconfortante, tanto así que casi me hizo olvidar a la persona sentada frente a mí. Centré mi atención en la música clásica que sonaba de fondo para acallar los pensamientos que me pedían a gritos que huyera de allí antes de que el camarero regresara con nuestro pedido y fuera demasiado tarde.

—Y bien... ¿cómo has estado todo este tiempo?

—Oh, no, dime que no va a ser ese tipo de conversación.

—Yo... Lo siento, no soy el mejor rompiendo el hielo. ¿Cómo debería empezar? —masculló para sí mismo.

—Qué tal si comienzas por pedir perdón. —Sus ojos se clavaron en los míos.

Se sentía como un completo extraño. Acostumbraba a mirarle a los ojos y ver un brillo familiar, cuando me miraba con cariño y las arrugas alrededor de sus ojos se marcaban gracias a su amplia sonrisa. Nada de eso existía ya. No había brillo, ni cariño, y las sonrisas eran forzadas.

THE SYBARITE (RK #1) » min yoongi ✔Tahanan ng mga kuwento. Tumuklas ngayon