capítulo treinta

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Eunyeon

Caminábamos por las angostas calles del barrio, hundidos en los cuellos de nuestros abrigos para resguardarnos del frío terrible del ambiente.

Yoongi mantenía nuestras manos unidas aún dentro del bolsillo de su abrigo. Resultaba reconfortante, al menos una de mis manos estaba a salvo de congelarse, no como su hermana que comenzaba a doler por estar expuesta al frío y tener que cargar con mi pesada maleta.

Nos dirigíamos a casa de la abuela. Se trataba de una antigua, aunque muy bien conservaba, casa tradicional, localizada en un pequeño peñasco, algo apartado del resto de casas de la zona. No era de fácil accesibilidad y no había sido algo que nos hubiera importado hasta aquel momento, en el que teníamos que escalar hasta la primera llanura en el camino cargados con nuestro equipaje.

Tras muchos tropiezos, otras tantas maldiciones y mucha, pero que mucha paciencia, logramos alcanzar nuestro objetivo. Podía notar a Yoongi cada vez más nervioso conforme nos acercábamos a la casa. Había permanecido en silencio en todo momento desde que habíamos llegado a la estación de trenes de Busan, limitándose a murmurar o reírse ante las bromas de mi hermano. En alguna ocasión me había salvado de alguna mala caída, cosa que había agradecido.

En el porche de la casa descansaba el cuerpo de la abuela. Se encontraba sentada en el suelo de la entrada, con un cojín debajo para protegerse del frío de la madera, con los ojos fijos en el horizonte y las manos posadas sobre sus rodillas. Tal y como la recordaba. Sonreí melancólica y aceleré hasta encontrarme frente a ella. Jungkook no tardó en acercárseme, mamá por detrás de él.

—Abuela —llamé su nombre. Enseguida reaccionó y giró su rostro en mi dirección. Sonrió ampliamente estirando los brazos. Sin dudarlo un solo segundo acepté el abrazo, arrodillándome frente a ella. La estreché contra mi pecho como nunca, demostrándole lo mucho que la había echado de menos y que, durante todo aquel tiempo que había estado lejos de ella, había acumulado grandes cantidades de cariño que estaba dispuesta a darle.

—Oh, mírate, si eres toda una mujer ya. —Sus manos danzaron sobre mi rostro, palpando hasta el último de los rincones y dibujando en su mente la imagen de su, ahora adulta, nieta.

Después atendió a Jungkook, quién se mostró mucho más sensible que yo ante la imagen de nuestra pequeña y delgada abuela. Su pelo fino y grisáceo, a juego con sus ojos, se encontraba recogido en una coleta baja y algunos pelos sueltos revoloteaban con el viento fresco de la noche.

Vi a Yoongi con las manos hundidas en los bolsillos de su chaqueta y corrí hacia él, enganchando mi brazo con el suyo y forzándolo a caminar hacia la casa.

—Eunyeon, yo...

—Yoongi, no muerde, lo prometo. Estate tranquilo. Le encantarás, de eso estoy segura.

No parecía muy seguro, pero aún así asintió en silencio. Cuando estuvimos frente al porche, mamá me sonrió y se apartó de la abuela, indicándole que alguien más había venido con nosotros.

—¿Es Seungkwan? —Todos nos quedamos en silencio ante la mención de nuestro padre. Mamá carraspeó y dejó escapar una leve risa.

—Es mucho mejor.

—Abuela, este es Yoongi, Min Yoongi. Mi novio.

Noté como él se sacudió ante tal mención. Con un leve apretón de mano lo animé a acercarse a la abuela. Se arrodilló frente a ella y se presentó con voz temblorosa y un tono algo más agudo de lo normal.

—Tiene una voz muy bonita. ¿Es igual de bonita su cara, cielo?

—Sí, abuela —respondí entre risas—. Es muy guapo.

THE SYBARITE (RK #1) » min yoongi ✔Onde histórias criam vida. Descubra agora