001|La Llegada

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Era un día soleado en la Mansión Potter. Todos los adultos se encontraban dentro de la casa preparando la merienda, mientras que los jóvenes y los niños estaban jugando o charlando. De pronto, llegaron un castaño y un azabache corriendo. Éste último tenía algo dorado en su mano.

— ¡Chicos! ¡Miren lo que le quitamos a la tía Hermione!— exclamó el azabache mostrando un giratiempo. La hija de la nombrada, se levantó rápidamente de su reposera y se acercó a los chicos.

— Chicos, denme eso. Ahora— exigió la muchacha estirando su mano, para que dejaran aquel colgante en su mano. El azabache negó con la cabeza y la mano en la que tenía el giratiempo la levantó en lo alto para que ella no pudiera agarrarlo.

— Primero tendrás que atraparlo— dijo con una sonrisa burlona.

— ¡Dámelo, James! ¡Es frágil y tú muy bruto!— decía la chica saltando para poder quitarle el colgante, pero le resultaba una tarea de lo más complicada.

— James dale el estúpido colgante y dejen de pelear— le pidió una castaño con anteojos de sol, pero James no le prestó atención. La chica seguía tratando de agarrarlo y gritó:

— ¡Dame es colgante o...!

No pudo terminar la oración porque los ojos verdes de James se clavaron los marrones de ella, hipnotizando a la chica. La mirada del azabache la desafiaba, él la estaba pasando increíble molestando a la chica.

— ¿O qué, Aria?

Ella, furiosa, pisó a James con sus plataformas blancas. El azabache soltó un grito de dolor y el colgante se resbalo por su mano, causando que cayera al piso y se rompiera. 

— Estúpido Potter, tendrás que pagar por eso— dijo un rubio platinado con enojo. 

Pero cuando James abrió la boca para decir algo, una neblina blanca salió del colgante roto y cubrió a todos los presentes. Cuando desapareció, también lo hicieron ellos.

*

— Harry, tienes que decirle a Dumbledore lo que te hizo— insistió Hermione Granger, al ver la mano herida de su mejor amigo.

— Ni hablar, Hermione. Dumbledore ya tiene bastantes problemas como para que yo le dé uno más— repuso por décima vez en el día mientras se llevaba una tostada a la boca.

— Pero...

No pudo terminar de replicar porque se quedó sorprendida al ver una luz blanca entre la mesa de Hufflepuff y Ravenclaw. De ahí cayeron alrededor de 30 jóvenes de diferentes edades, gritando y quejándose:

— ¡Al, me aplastas!

— ¡Scorp, no respiro, levántate!

— ¡Rox, saca tu pie de mi cara!

— ¡No, Blaine, tú saca tu cara de mi pie!

— ¡Silencio!— exclamó Dumbledore levantándose de su asiento, con expresión preocupada y de sorpresa. Los caídos del techo guardaron silencio, y sólo se levantaron. Aunque el grupo de Harry, Ron y Hermione no podían ver sus rostros, sabían que estaban sorprendidos por murmullos que lo afirmaban.

— Albus Dumbledore— murmuró un chico.

— ¿No había muerto?— preguntó una niña pequeña, de cabello rubio y ojos marrones. 

— Jóvenes, ¿Ustedes quienes son?— preguntó el anciano director con el ceño fruncido.

— Somos de 2019— explicó un chico de pelo azul luego de unos segundos— y llegamos aquí gracias al estúpido de Potter.

Viaje Al Pasado ✔Where stories live. Discover now