007|No todo fluye de la nada

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Katie se levantó sin decir nada y se fue corriendo de ahí. George II le hizo señas (ya que tenía la boca llena de comida) a su padre joven para que la vaya a buscar. Fred se levantó y salió corriendo tras Katie. La busco en la sala común, en la habitación de las chicas (sí, logro entrar), en los baños, etc. Finalmente, al salir del aula de Transformaciones, se detuvo a pensar donde podría estar y recordó el campo de Quidditch.

— ¡Katie! ¡Katie!— gritó Fred. Entró en los vestidores y la encontró sola, sollozando—. Katie...

— Vete, Fred— pidió con la voz quebrada. Fred sintió como se le estrujaba el estómago.

— ¿Qué ocurre?— preguntó, acercándose lentamente.

— ¡Te dije que te fueras, Fred!— exclamó sin mirarlo. Fred se detuvo, sin embargo no se fue.

— Puedes confiar en mí para decirme lo que ocu...— no pudo terminar de hablar porque Katie se había levantado y, con los ojos rojos y llorosos, lo interrumpió:

— ¡Vete y déjame sola!

— Katherine dime que te ocurre— pidió, insistente. Quería entender qué sucedía y por qué le gritaba.

— ¿Sabes lo qué me pasa? Siempre me has gustado, Fred. ¡Siempre! Toda la vida fuimos amigos, traté de hacerme notar de todas las formas posibles. Pero lo único que hacías era hablarme sobre Angelina. Siempre era el mismo cuento: "Katie, Angelina está enojada conmigo..." "Katie, Angelina sale con mi hermano..."— imitó la voz de Fred y éste la miró ofendido—. No quiero que finjas que me quieres como si siempre hubieses sentido algo por mi, o como si fueramos novios desde hace años porque tendremos un hijo, ¡Porque tengo muy en claro desde hace años que no es así y estoy tratando de superarte!

Salió, casi echando chispas, y Fred, frustrado y enojado, golpeó un banco en el pie, pensando qué hacer. Luego de unos segundos salió decidido de los vestuarios y vio a Katie caminando. Él corrió hacia ella y la tomó del brazo.

— ¡Suéltame, Fred!— exclamó Katie, forcejeando.

— ¡Katherine! ¡Siempre me has gustado!— exclamó Fred. Katie dejó de forcejear y Fred le soltó el brazo.

— Eso no se hace, Fred. No hay necesidad de mentir— murmuró Katie con voz quebrada y empezó a caminar hacia el castillo, lejos de él.

— ¡No estoy mintiendo!— exclamó, sin moverse, pero Katie lo ignoraba. Vaciló, pero siguió hablando—. ¿Recuerdas las seis cartas anónimas que te llegaron por San Valentín hace un año?

Katie dejó de caminar y se giró hacia él. Fred se mordió el labio para no sonreír.

— ¿Tú cómo sabes de esas cartas?— preguntó, recelosa.

— Alguien tuvo que enviarlas, ¿no?

No pudo evitar esbozar una sonrisa al ver como Katie caía en la cuenta de todo.

— ¿Tú eres Fotocopia Incendiada?— exclamó, cubriéndose la boca con ambas manos.

— Creí que sería obvio que era yo— respondió, sonriendo, mientras Katie se acercaba a él—. Es decir, soy uno de dos gemelos y mi cabello parece estar prendido fuego. Dos más dos son cuatro.

Katie rió y, tímidamente, tomó la mano de Fred, y ambos entrelazaron sus dedos.

— Eres un idiota, Fred Weasley.

— Me lo merezco— reconoció Fred.

— Por supuesto— dijo la chica y él fingió ofenderse.

Katie rió y juntos empezaron a caminar hasta el Gran Comedor. Cuando los dos entraron, vieron a una encapuchada esperando para presentarse. Se sentaron juntos, tomados de las manos y sonriendo.

— Bueno, mi nombre es...

Viaje Al Pasado ✔Where stories live. Discover now