CAPITULO 33 LA CASA DE LOS ESPANTOS.

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Daniel fue el primero en bajar de la camioneta., se detuvo frente al portón, con los brazos pegados a los costados y el rostro echado hacia arriba para poder mirar la altura de éste. Observaba la fachada de la casa de los duraznos con asombro., con sus altas bardas de cantera... parecía una casa del terror vista desde fuera, cualquier cosa podría haber en el interior., incluso Daniel se imaginó al conde Drácula abriendo el imponente portón sólido de acero antiguo, adornado con un espeluznante llamador de puerta con la figura de un ángel tuerto que en lugar de dar ternura, causaba pánico.

_ ¿Esta es la casa de los duraznos?_ preguntó Camila con aprehensión, haciendo eco de los pensamientos de Daniel.

_ ¿No te gusta? _preguntó Lauren con un ligero acento depresivo_ Pero si no has visto el interior...

_ Ese es el problema_ susurró Camila_ con esta fachada... da miedo entrar allí.

_ ¡Esto está de pelos! _ exclamó Daniel emocionado _ los malos van a tener miedo de entrar. El hombre del abrigo largo se lo pensará dos veces... allí no entra ni el diablo, Mamá.

Lauren miró a Camila con la ceja levantada, anotándose un punto.

_ Es verdad_ dijo Camila ya completamente convencida_ no había pensado en eso.

_ En cambio fue lo primero en lo que yo pensé_ dijo Lauren, vanagloriándose con el hecho_ No más gentiles forasteros entrando como perro por su casa.

_ ¿y cómo se supone que vamos a llamar?_ preguntó Camila mirando el enorme llamador colocado doblemente arriba de su altura., ignorando a propósito la crítica hacia su guardaespaldas.

_ Yo creo que esta casa era de un gigante_ dijo Daniel cada vez más entusiasmado con la idea de ver el interior.

_ El antiguo dueño era un ermitaño que odiaba las visitas_ Explicó Lauren_ Por eso puso el llamador arriba. Pero si miras a tu izquierda... hay un moderno timbre camuflajeado. Solo los invitados y familiares deben saber eso.

Camila miró de inmediato y allí estaba el timbre, escondido entre las canteras.

_ ¿Toco?_ preguntó Camila con duda

_ Sí_ Respondió Lauren mientras se alejaba con sospechosa expresión_ le dices a Rob que abra el portón. Voy por la camioneta.

Pasaron varios minutos antes de que una pequeña ventana se abriera de golpe. Era una ventana escondida entre las uniones de la puerta... y una voz fuerte y grave les dió la bienvenida.

_ ¡Cómo osan molestar al Grinch!_ Gritó el hombretón... causando un sonoro sobresalto en Camila y Daniel, y una silenciosa carcajada en Lauren, ya que sabía que Rob haría eso.

Rob era el guardián de la casa desde siempre. Teresa les contó que Rob había llegado siendo casi un adolescente, junto con el joven heredero. Trabajó muchos años con él, a veces sin cobrar sueldo.

Cuando el antiguo, ebrio y ermitaño dueño decidió venderle la casa a Lauren., el gigante Rob le suplicó que le permitiera quedarse, a cambio de colaborar en las reparaciones, mantener los jardines en buen estado y cuidar que los intrusos se colaran a cortar los duraznos sin supervisión.

La pandilla fue la pesadilla de Rob en sus tiempos mozos. Dinah, Lauren, Troy y Shawn se colaban la barda a través de la enredadera en la parte trasera., mientras Ally y Halsey esperaban la lluvia de duraznos desde el exterior con dos cubetas de plástico. Ninguno de ellos se salvó de las corretizas de parte del hombre al que la abuela Teresa bautizó como "El gigante egoísta", debido al cuento que ella solía contarles cada que ellos hablaban del Gigante Rob.

la cabaña (la familia no deseada)/FANFIC CAMRENDonde viven las historias. Descúbrelo ahora