Secretos sexuales (Naruto)

Capítulo 20: ¡Toma una decisión!

El dolor de cabeza era intenso y le costaba abrir los ojos. ¡No sabía cuánto había dormido! Pero parecía ser muy tarde. Unas palabras se escucharon venir desde el frente, por lo que supo que no estaba solo. Se quejó ligeramente escuchando los murmullos a su alrededor y abrió los ojos para fijarse en esos barrotes y la dura cama donde estaba. ¡Un calabozo! ¿Qué diablos había hecho para estar en un calabozo? Esa era la pregunta de Sasuke Uchiha.

Un estruendoso ruido metálico le hizo taparse los oídos y fruncir el ceño. ¡Dolía! Desde luego se había pasado con la bebida, pero el policía que había golpeado los barrotes siguió con su semblante serio.

- Han pagado tu fianza, puedes salir – comentó antes de abrir la puerta.

¿Fianza? Debía haberla pagado su amante porque nadie más sabía dónde estaban. Al menos, eso era lo que Sasuke pensaba, porque al llegar al pasillo y recoger sus pertenencias, lo que vio le dejó helado. Era su padre y desde luego no traía buena cara. Mantuvo el silencio, era lo mejor que podía hacer con él.

- ¿Sabes cuántas reuniones me estoy saltando para venir a sacarte de un calabozo en Las Vegas? – preguntó enfadado.

- Unas cuantas, me imagino. Lo que me sorprende es verte en persona. Creí que mandarías a alguno de tus lacayos o a mi hermano.

- Tu hermano está esperando fuera – dijo - ¿Cómo se te ocurre tener sexo con un desconocido en una santa iglesia?

- ¿Qué? – preguntó confuso. ¡Así que era eso! Sus recuerdos estaban más bien confusos de lo que había ocurrido aquella noche – bueno, aun así... no tenías que venir en persona.

- ¿No tengo que venir en persona cuando me dicen que mi hijo se ha casado y ha tenido su noche de bodas en un maldito confesionario?

- No me grites – se quejó tomando la cabeza entre sus manos, luego cayó en toda la información recibida –. ¿Casado? ¿Cómo que casado? – se alteró.

- No lo sé, dímelo tú. Al fin y al cabo, eres el que está aquí en Las Vegas y... creo que ésta es tu firma – dijo su padre enseñándole el contrato de matrimonio que los policías le habían confiscado y guardado al requisar sus cosas.

Sasuke se apresuró a mirar el papel, tomándolo entre sus manos y mirando su casi ilegible firma. ¿Qué esperaban estando borracho? Le había salido hasta torcida, pero sin duda alguna, era su nombre.

- Mierda – exclamó.

- ¿Empiezas a acordarte?

- No mucho – susurró Sasuke – había... gente vestida muy elegante, creo que festejaban una boda y me parece que dije algo como... hagamos eso. ¡Joder! La he liado.

- Y tanto que la has liado. Nos volvemos a casa ahora mismo.

- De eso nada, tengo que hablar con mi "marido".

- ¿En serio? Habla el tema con tus abogados mejor, no voy a perder más reuniones por este asunto y desde luego, ninguno de mis clientes puede enterarse. ¿Por qué crees que he venido tan rápido?

Su padre solía ser muy intransigente y sabía que la cosa iría a peor si no iba con él, pero encontrarse a Itachi a la salida le calmó un poco. Él sonreía y era obvio que sabía sobre la locura que había hecho.

- ¿Puedes hablar con él? – preguntó Sasuke, mirando en los papeles de matrimonio y buscando el nombre de su esposo, sin embargo... lo que encontró le sorprendió – con Naruto – sonrió extrañado.

- ¿Qué ocurre? – preguntó Itachi al ver a su hermanito sonreír.

- Es que... me ha estado ocultando su nombre todo este tiempo al igual que su apariencia física y... ahora que leo su nombre... ¡Yo no conozco a ningún Naruto!