Capítulo 5.

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- ¡Se lo has comentado a tu madre! – Dijo Camila irritada.

- No pensé que se lo diría a mi padre... - Se defendió Allyson.

Haciendo una mueca la enfermera negó con la cabeza para luego seguir escribiendo en el folio de la historia clínica de uno de sus pacientes. El reloj pronto marcarías las seis de la mañana haciéndole sentir un poco más de alivio al saber que sólo en un par de horas ya estaría en casa descansando junto a Lukas.

- No tenías porqué... Ya has visto cómo reaccionó mi padre.

- Se hubiera enterado de todos modos. Es imposible que Lauren permanezca encerrada en la casa de sus padres por tanto tiempo.

Camila le miró perturbada frente a la casi insultante frase.

- ¿¡Qué sabrás tú cómo ella está enfrentando su amputación!? – Sonó molesta.

Su mejor amiga le miró con curiosidad para luego dejar escapar un suspiro.

- No vas a comparar a Lauren con Lukas...

- No, no lo haré... Pero no quiero imaginarme lo más que lo está pasando. Por eso mismo lo último que deseo es que mi padre se encuentre con ella para hacerle sentir aún más miserable.

Allyson negó con la cabeza para volver a ordenar algunos de los papeles sobre el escritorio.

- Te preocupas demasiado por ella... Por todos... Como siempre terminas haciéndolo.

- Ally...

- Pensé que después de Joseph...

- Eso no tiene nada que ver... - Sonó confusa.

- No has vuelto a estar con nadie...

- Porque no me lo apetece. – Interrumpió. – Tengo un hijo, un trabajo y otras preocupaciones, no tiempo para estar saliendo con alguien...

Sus ojos colores marrones se desviaron para mirar detenidamente sus manos como si intentara encontrar en ellas el camino correcto de su vida.

- Seguías esperando que volviera... No me lo vas a negar Camila.

- No...

- Te conozco... Sé que aún no puedes superar todo lo que pasó entre vosotras.

- ¡Basta!

- ¡No! Porque no quiero volver a verte destrozada como hace diez años, o como hace cinco años...

Sin poder soportarlo más la enfermera se levantó de su asiento dejando a Allyson con las palabras en la boca. Se encaminó por el pasillo del lugar intentando recordar alguna tarea pendiente en la cual pudiera enfrascarse y así evitar una nueva conversación con su mejor amiga. Dentro de poco llegarían los pediatras a evaluar a los pequeños pendientes para el inicio del nuevo día.

En casa le esperaba Lukas, quien con una de sus sonrisas volvería a iluminar su día. Y con ello podría descansar en paz, anhelando que por unas horas la vida de ambos se mantuviera sin nuevos sobresaltos a los cuales se habían tenido que enfrentar durante el último año transcurrido.

¿Y si se atrevía hablar con Lauren?

No quería hacerle pasar por un mal momento. Ella no podía llegar a imaginar ni lo más mínimo que la ojiverde estaba enfrentando. Aunque, con derecho, Camila creía lograr sentir cómo el mundo de esta se estaba desmoronando parte a parte.

Los colores del mar. (CAMREN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora