Capítulo 6.

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Aun con recelo y desconfianza Lauren volvió a dirigir sus ojos color esmeralda hacia el inicio de la media protésica y la propia prótesis que ahora se amoldaba al muñón se la amputación.

- En un comienzo lo más importante será que aprendas a instalarla de forma correcta. – Explicó Normani. – Con ello lograrás volver a tener el equilibrio con ambas piernas, y finalmente caminar.

Lauren no desvió sus ojos y se mantuvo en silencio por unos segundos más intentando encontrar la tranquilidad totalmente perdida dentro de ella misma.

- Ahora hazlo tú. – Dijo la Fisioterapeuta.

Sintiendo cómo sus manos temblaban ligeramente la ex comandante sintió el titanio bajo estas. Le tomó un par de minutos finalmente desmontar la prótesis seguida de la media, dejando nuevamente al descubierto aquella larga y fina cicatriz de la cirugía.

- Bien... Te acostumbrarás al peso. – Normani le miró fijamente. – Adelante.

Apretando con fuerza excesiva la prótesis la ojiverde siguió metódicamente los pasos que le habían explicado tanto James McNally como Normani Kordei.

- Muy bien. Cada vez que sigas practicándolo se te hará más fácil.

Más fácil...

Como si pudiera existir algo fácil en todo ello. Como si pudiera ser fácil aceptar lo mucho que había cambiado su vida en un solo instante. Como si pudiera encontrar fácilmente la explicación a todo ello.

Como si volver a ponerse de pie, caminar, correr pudiera ser fácil.

- Durante los siguientes días quiere que en casa vuelvas a estar con la prótesis al menos por unos treinta minutos para que sigas acostumbrándote a la sensación.

Aun sin ser capaz de decir una palabra la ex comandante afirmó con la cabeza. Seguía sin levantar el rostro. Capturada por la nueva imagen de su cuerpo.

- Lauren...

Frente al llamado su rostro se alzó tensando la mandíbula. Normani intentó sonreírle sin mucho éxito.

- ¿Puedo preguntarte algo?

- Claro...

- ¿Estás buscando dónde hacer terapia? – Dijo calmadamente.

- No... - Volvió a mirarse sus manos. – La verdad es...

Normani se mantuvo en silencio. Por la ventana entraba el murmullo de la llovizna de verano de aquel día.

- Viví toda mi vida aquí. – Suspiró. – Irme con la U.S Navy fue casi como mi boleto de lotería para liberarme de... De todo lo que ocurrió aquí... Yo... Es muy difícil volver...

- Conozco...

- Créeme que yo también conozco a todos aquí. – Sonrió con pesadumbre.

- No. – Le hizo un gesto con la mano. – Mi hermano Jacob es psicólogo, y está próximo a unirse al centro... No somos de aquí, quizás puedas considerarlo.

Entreabriendo sus labios Lauren agradeció las buenas intenciones de Normani. Sólo bastó una pequeña sonrisa para que su Fisioterapeuta tomara aquello como un sí.

- Genial... Hablaré con él, así puedes comenzar tus sesiones la próxima semana.

- Vale... Gracias.

Los colores del mar. (CAMREN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora