Capítulo 33

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«El amor, aquel sentimiento que nos hace desear proteger a alguien. Pero, no deseo que ese bello sentimiento te transforme en algo que no quiero ver.
Porque es a partir del amor, que existe el odio»

***

Nos quedamos abrazados por poco tiempo antes de soltarnos. Me sentí algo extraña de alejarme de él, de su calidez. A pesar de que él se encontraba justo a mi lado, lo sentía con mucha fuerza.

«¿Cuán egoísta podría llegar a ser por este hombre?» pensé bajando la mirada.

Al levantar la mirada nuevamente, me encontré con la oscura mirada de Draven, la cual lucía preocupada. Supuse que él sentía lo mismo, ya que pasamos mucho tiempo separados.

Tomé su mano y me paré junto a él con mucha dificultad. Noté como en su rostro se reflejaba un gesto de dolor debido al movimiento, lo cual me preocupó. Cerró los ojos aguantando el dolor. Incluso su respiración se había acelerado.

— Estoy bien —sentenció al abrir los ojos y ver mi expresión.

Quise creer que era cierto, pero recordé la frialdad con que había sido tortura y entonces pude imaginar lo profundo de su dolor. Se me encogió en corazón al verlo realizar esfuerzos por pararse sin mi ayuda, y fue cuando cayó al suelo que me sentí desfallecer.

— No hagas esto —logré pronunciar.

Una idea surcó mi mente en ese momento y no dudé en llevarla a cabo. No me importaba que él no estuviera de acuerdo en lo más mínimo.

Rápidamente lo jalé hacia mí con toda la fuerza que tenía, giré de inmediato para que su pecho repose en mi espalda y sujeté sus piernas con mis brazos. Ahora tocaba la parte más difícil de todas: ponerme de pie con él encima. Apreté la mandíbula mientras mis piernas intentaban estirarse. Sentí el sudor surcar mi frente y mi cuerpo temblar. Entonces, de un solo golpe, estiré mis piernas y logré pararme, dejando salir un grito de mi boca ante el esfuerzo realizado.

Subí por una escalera de piedra en mal estado y traté de correr por el pasillo que llevaba a la salida. De pronto, noté que Draven no pronunció palabra alguna desde esta hace varios minutos.

— ¿Draven? —llamé girando mi cabeza y sin dejar de correr.

Mi mirada se cruzó con el rostro de Draven muy, pero muy cerca. No pude evitar alejar mi rostro un poco debido a la sorpresa. De pronto, mis mejillas ardían intensamente por alguna razón desconocida. Cuando volví a echar un vistazo, me deje maravillar por su rostro. Sus ojos cerrados me dejaban apreciar sus largar pestañas. Sus labios entrecerrados me demostraban que se encontraba dormido o inconscientemente (en el peor de los casos). Sonreí al tenerlo a mi lado en ese estado vulnerable.

Fijé mi mirada de vuelta al camino cuando divisé frente a mi la puerta de salida abierta. Me tranquilicé como nunca antes lo había hecho. Cuando crucemos está puerta, el plan habrá terminado y volveríamos por fin a nuestras vidas, nuestro hogar. De pronto, un dolor punzante en la parte baja de mi muslo me hizo caer de costado con Draven.

Rápidamente, me giré y noté que mi muslo había sido alcanzado por lo que parecía una pequeña lanza. Ardía, ardía tanto. Me tragué el dolor y giré hacia Draven, quién estaba algo adolorido por la caída.

— Draven, por favor despierta —solté meciendo su cuerpo desesperadamente—. Al menos tú debes salvarte —agregué al escuchar unos pasos acercándose a nosotros.

Giré la cabeza para ver a un vampiro de sonrisa retorcida, sosteniendo una espada cubierta por un líquido dorado. No pude articular palabra alguna. Si mi suposición era correcta, entonces ese líquido era aquel usado para retrasar la rápida regeneración de los inmortales. Si Draven era dañado con eso, definitivamente iba a morir.

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⏰ Last updated: Feb 24, 2019 ⏰

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Marcada Por Un VampiroWhere stories live. Discover now