Capítulo 24

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Una suave melodía a manos de un experto, una flauta de bambú, un Dizi de color blanco, su borla brillaba con los pocos rayos del sol que se reflejaban sobre su superficie moviéndose al compás de los movimientos de su dueño.

Quien la escucha reconoce la canción, viejas tonadas de Yunmeng que en su tierra estarían llenas de júbilo pero que lejos de su origen ganaban matices de nostalgia. Una vista al pasado llegó a su memoria, Wei Ying en la juventud de los trece años, vivaz y problemático, justo en los años de su "nacimiento", abriendo la boca por horas y jactándose de ser el mejor espadachín de Yunmeng, al ganarle al entonces primer príncipe Cheng pero siendo vencido por el emperador Fegmian, solo un año después sus habilidades sobrepasarían al del monarca y un año más tarde dejaría de usarlo a él, en cambio optaría por un simple trozo de bambú maldito.

—La citara te vendría mejor ¿Que tal el bordado? Tengo la esperanza de verte hacer un pato mandarín como una dama normal

Suibian permaneció recargado sobre uno de los pilares cercanos al jardín principal de su alteza, solo hasta que Wei Ying dejó de tocar habló y presentó sus respetos de forma floja, los modales no le quedaban, cada formalismo lo olvidaba. Fue un claro reflejo de su amo.

Rompo las cuerdas de una citara y solo sé coser heridas ¿Qué esperas? ¿Verme hacer patos en la piel de mis soldados? Una marca de guerra, un honor dado por la matriarca

—Más que patos sería una bola deforme con un intento de pico, su alteza

La ultima mención provocó una sonrisa en Wei Ying. Los tiempos de gloria de ambos duraron apenas algunas estaciones, la necesidad de querer usar a Suibian en sus batallas era reprimida por él, la espada era un arma espiritual, a esas alturas el utilizarla conllevaría a contaminarlo. No lo expondría ¡Le costó mucho darle forma humana!

—¿Todavia me odias? —Con la duda en el aire la emperatriz preguntó, dejó de lado la flauta, apenas una copia "pura" de su tan amada Chenqing, nada en comparación a su poder.

Las cosas que quise decir ya fueron dichas, este servidor estaba enojado y herido pero me justifico porque me abandonaste sin más —Con una risa culposa por parte de Wuxian, Suibian continuó—. Pero luego entendí que fue por mi bien, de seguir usándome la energía resentida me habría matado o peor

Serias un arma maldita, con el núcleo contaminado y te consumirías —Suibian asintió. Sin nada más que agregar, ambos tuvieron sus buenos pero cortos años—. A todo esto, no pareces un eunuco

—¿Quieres dejar a mi pequeño amigo en paz? YuHua dijo que no parecería un sirviente común, soy muy apuesto para eso, me asignaron el cargo de guardia oculta. Seré tu sombra

Mejor, puedes salir del palacio. Hoy tendrás tu nueva misión

 Hoy tendrás tu nueva misión

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Intransigente | Mo Dao Zu Shi |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora