Capítulo 29.1

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Dentro de las normas que regían las jerarquías cada mañana sin importar qué las concubinas del palacio debían rendir homenaje a la emperatriz viuda (madre del emperador actual) y a la emperatriz (esposa oficial del emperador).


Dado que la madre de los jades Lan murió años atrás Tiang DanFeng sólo tomó una ruta esa misma mañana; el Palacio del Loto rojo, hogar asignado a la emperatriz Ying.

Con tres sirvientas oficiales a cinco pasos detrás de ella siguiendo su camino la nueva concubina caminó a paso armonioso por los pasillos en medio de una sonrisa radiante pero calmada. Su nuevo atuendo fue acorde a su titulo de concubina imperial pero ella misma se dio el lujo de adjuntar algunas joyas diminutas al bordado de sus mangas. Pequeños detalles que poco a poco haría engrandecer para opacar a la matriarca YiLing.


Incluso sus sirvientas oficiales fueron más que las de ella.


Con la seguridad desbordando en su porte DanFeng se preparó para adentrarse al patio de la emperatriz no sin antes pasar por un par de guardias a quienes no les prestó la más mínima atención tras ver el majestuoso sitio



Siendo una mujer con un corazón avaro sintió la garganta reseca y el estómago hacerse un nudo ante la envidia y la comparación de su propio palacio como concubina. Aunque tenia de su lado Lan Qiren quien le proporcionó un lugar seguro y una posición digna junto al peso de su apellido y el estatus de su padre, no podría tener lo mismo que Wei Wuxian.


A menos que se robara el corazón del emperador Wangji.



A través de los años, distintas dinastías de diferentes reinos compartían ciertas similitudes, una de ellas era la relación del emperador con su harén. No siempre la emperatriz era el gran amor del monarca. siempre habría alguien más joven y vivaz que acaparara su atención, algún viejo amor que no pudo ser o el favoritismo al dar a luz al hijo más querido.



Por desgracia para DanFeng la misma noche de su recibimiento al palacio su hombre no llegó hasta casi el amanecer y jamás compartieron cama. Las noticias no se hicieron esperar y pronto llegó a sus oídos el porqué fue dejada plantada en su noche de bodas; Wei Ying tenía prioridad ante todos. Y si, Tiang DanFeng deseaba hacerse un lugar dentro del palacio tendría que pelear por el emperador sin importar que su batalla estuviese pérdida desde antes de empezar.







Esta concubina rinde homenaje a la emperatriz, que la emperatriz viva diez mil años —La fachada de la concubina no flaqueó pese a los pensamientos venenosos que inundaron su mente. Ante su visión la emperatriz la recibió en la sala principal como toda buena anfitriona, con ambas sirvientas detrás de ella, con algunos minutos de retraso.



Para su sorpresa DanFeng no imaginó que la temida matriarca YiLing luciera tan bien como una dama de la nobleza imperial. Para su desfortunio portaba con la belleza y cierta imponencia que trasmitía sin la necesidad de decir una sola palabra, podría llamarse un líder nato, la fiel imagen de un fénix*


Sin poder mirar más allá al arrodillarse Tiang esperó con paciencia en su posición pero, Wei Ying se tomó su tiempo para decidir dejarla a ella y a sus sirvientas levantarse de su sitio mientras 'ella' comía plácidamente semillas de loto. 






Esto es malo, tantos días de trasporte las volvieron secas, nada como sacarlas frescas —Pasando de largo la presencia de la concubina Wei Ying se quejó plenamente de las semillas de loto. Tiang DanFeng sólo pudo apretar las manos con rabia y soportar ser ignorada.


Intransigente | Mo Dao Zu Shi |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora