Capítulo 27

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Dentro del territorio de GusuLan las nubes predominaban en un inmenso cielo azul ocultando su color. Pero, en ocasiones, pocas dentro de la memoria de cierto hombre el cielo se encontraba despejado y el sol irradiaba sin retención alguna.


Para Shuoyue ese era un buen día. 


Y como todo buen día debía celebrarse con una exquisita taza de té en medio de un bello jardín dentro del palacio de las Nubes.






Con elegancia incluso en un acto tan simple como tomar una taza la espada mostró que en el más mínimo movimiento su gracia no apta para ser vista por mortales simples. Su sola presencia representaba un sueño, como una antigua pintura tomando vida donde se plasmaba a los inmortales, antepasados de los Lan, portadores de gran belleza y sabiduría.




La apariencia de la espada mayor fue uno de los puntos claves donde se le consideraba erróneamente como un dios. Con un rostro atractivo al punto de ser irreal, tallado perfectamente por el jade más extraño y frio. Con facciones amables que complementaban con su habitual sonrisa. Se veía como un inmortal de hielo. derritiendo a cualquiera con su sola mirada y gentileza al igual que su amo.  





Shuoyue a comparación de su hermano menor mostraba una amalgama mas amplia de expresiones, haciéndolo ver más apegado al mundo pero a la vez pareciendo una deidad que ningún humano tendría derecho de ver ni mucho menos de acercarse. Sumando el hecho de ser uno de los puntos claves para su amo ante la batalla y como factor sorpresa solo un pequeño número de personas sabían de su existencia.


Con una sonrisa reprimida detrás del recipiente de porcelana Shuoyue observó al hombre frente a él, tal y como su amo adoptó la habilidad de ver a través del rostro inexpresivo de otro individuo, esta ocasión de Bichen.




Dices que lo encontraste robando en uno de los almacenes principales del palacio, pero no en las bodegas y que no llevaba oro o tesoros sino solo licor —Repasando las palabras de la espada menor Shuoyue después dio un sorbo a su té, justo al momento de ver a su hermano asentir.




—¿No crees que fue algo exagerado de tu parte? Él no cometió ningún agravio fuerte, si bien es como nosotros quizás no tenia a nadie a quien pedirle ese favor y él mismo fue a buscar el licor. No lo estoy defendiendo pero piensalo un poco, de querer robarse algo en grande atacaría el tesoro de nuestros amos, no sólo un almacén lleno de comida...


Con un salón repleto de reliquias de oro, piedras preciosas y pergaminos con valiosa información de cultivo que aumentaba en cada generación sería el sueño de todo ladrón.



Bastó una micro expresión en el rostro de Bichen para que la espada de Lan XiChen sintiera su victoria al hacer reflexionar a su hermano. Aunque no fue del todo un agravio aquella espada de cabello azabache pasó un mal rato siendo perseguido por el siempre recto Bichen solo por intentar robarse dos jarras de la Sonrisa del Emperador, que al final terminaron inservibles ante la huida.


—¿Cual es su nombre? —Siguiendo con el interrogatorio Shuoyue preguntó.


Suibian...


Un nombre interesante


Un nombre sin honor —Como pocas veces Bichen corrigió a la espada mayor. Para ser un arma espiritual su portador debía tener un gran poder y control en su energía, se moldeaban a su imagen y ellos como armas juraban lealtad eterna a ellos.

Intransigente | Mo Dao Zu Shi |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora