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¿Y a dónde se habían ido toda su cordura y juicio?

Y lo más probable es que directo al mismo lugar en dónde habían quedado olvidados su razonamiento y sensatez.

La cordura y el orgullo de ambos había desaparecido sin dejar rastro...orillándolos a la situación sexual en la que estaban.

Jin no podía evitar soltar leves jadeos, Suga no podía apartar sus labios del cuello y clavícula del castaño, había descubierto que el sabor de la piel del menor eran lo más dulce que había probado y no pensaba dejarlo.

Por otra parte, Jin se encontraba feliz de sentirse deseado y querido por el chico del que se encontraba enamorado, aunque esto solo fuera efecto del celo, le brindaba un poco del sueño que jamás creyó que podría cumplirse.

Cerraba los ojos con fuerza y no paraba de respirar ahora agitadamente. YoonGi por fin había decidido soltar su cuello para terminar de arrancarle la poca ropa que le quedaba. Con desespero le arranco la ropa interior, haciendo soltar a Jin un quejido por la brusquedad, y una vez que lo vio totalmente expuesto frente a él, decidió también deshacerse de su propia ropa.

Después de que la ropa había volado, YoonGi volvió a sentir la necesidad de recorrer nuevamente el cuerpo del castaño, el deseo no paraba de segarlo y poco a poco comenzó a lamer y a morder el cuerpo de Jin. El omega se encontraba totalmente extasiado, el placer que Suga le estaba brindando era demasiado para él, que lo único que podía hacer era gemir ante las caricias del más pálido.

Los gemidos de Jin solo conseguían encenderlo cada vez más, cada gemido y gesto que el castaño le daba, derribaba la muy poca cordura que aún tenía. Sus ojos brillosos y las mejillas sonrojadas lo tentaban a tomarlo de una vez, sus instintos más bajos lo comenzaban a arrastrar.

Besó a Jin con más desespero y deseo, metiendo su lengua con la intención de robarle completamente la respiración, intentando apagar el fuego que se había acumulado en su entrepierna, pero no se apagaba, incluso se avivaba más, y lo sabía, tenía que llegar hasta las últimas consecuencias si quería acabar con esa tensión que lo estaba volviendo loco.

Comenzó a deslizar sus manos por las estrechas caderas del castaño hasta llegar a sus piernas y abrirlas para así poder colocarse entre medio de ellas. Llevó dos de sus dedos hacia la entrada del menor y con la mayor delicadeza que pudo conseguir, comenzó a insertarlos poco a poco, Jin por primera vez sintió que se contraía, pero de dolor, los dedos de Suga eran largos y ásperos, y eso solo aumentaba el dolor. Se abrazó con fuerza del mayor y comenzó a respirar con dificultad, tenia miedo, si solamente dos dedos de YoonGi lo estaban haciendo ver el infierno, no quería saber que se sentiría tener su miembro dentro de él, después de todo Jin aún era virgen. Aunque eso pronto se acabaría.

YoonGi se mordió fuertemente los labios, luchando por que sus instintos no lo traicionaran y lastimaran a Jin en el intento de apagar el fuego que se lo estaba comiendo. Cuando sintió que el castaño ya estaba lo suficientemente dilatado, cambió sus dedos por su miembro, haciendo que está vez, Jin volviera a ver el infierno, pero multiplicado por mil.

SeokJin nunca había sentido tanto dolor en su corta vida. Simplemente era un dolor indescriptible. Las lágrimas por fin habían decidido salir y todas las sensaciones lindas que había llegado a sentir anteriormente se habían ido de un porrazo. El interior de Jin ardía y quemaba dolorosamente, sentía que su interior comenzaba a destrozarse con cada embestida que le daba YoonGi. Intentaba alejarlo, apartarlo de él, le pedía que parara, no creía soportar tener por mas tiempo el miembro de Suga dentro de él, sentía que lo estaban desgarrando sin piedad, incluso podía sentir como la sangra caía levemente de sus partes. No pudo apartarse de Suga, este se encontraba completamente cegado por el placer, así que luchaba por alcanzar un poco de aire para sus pulmones, sentía que también su energía lo había abandonado, y luchaba por mantenerse consciente, pensaba que su cuerpo no resistiría.

Después de unos minutos, Jin comenzó a dejar de sentir sus piernas y sus caderas, y el dolor había comenzado a calmarse un poco. Las embestidas que le estaba dando YoonGi empezaron a ser soportables, y entonces lo sintió, Suga le había dado justo en un punto que le había hecho soltar un gemido de placer puro, y que, además, le había hecho ver las estrellas. Cuando el pálido se percató de esto, supo que quería escuchar mas de esos gemidos y comenzó a concentrarse en solo darle en ese punto que había hecho a Jin perder la cabeza y a olvidarse de todo el dolor que había sufrido anteriormente.

Y ahora que el dolor se había ido, no podían evitar aferrarse al cuerpo contrario como si no hubiera mañana. Jin se acercó más al rapero, y rodeo el cuello de este con sus brazos, además de rodear su cintura con sus piernas, para que las penetraciones fueran más profundas y seguir sintiendo ese placer que tanto le había gustado. Suga por otra parte se acercó nuevamente a besar a SeokJin, perdiendo ya la cuenta de cuantas veces lo había besado ya esa noche. Pero ese beso fue distinto, no fue rudo y tosco, fue tranquilo y pausado, casi dulce. Un beso lento en donde YoonGi buscaba recorrer completamente esa cavidad de SeokJin, y endulzarse completamente por él. Cuando dejó su boca, aprovechó la cercanía para poder apreciar una vez más al castaño, podía ver como tenía marcas por todo el cuerpo, pero se molestó cuando notó que hacia falta una y la más importante, la que lo señalaría como su omega y su propiedad. Sin esperar mucho, acercó con cuidado su boca hasta ese lugar que se encuentra entre el cuello y el hombro, y enterró sus dientes sin siquiera tener el cuidado de avisar al menor, logrando así, hacerlo llorar una vez más en la noche.

El clímax se encontraba cerca, pequeños espasmos y escalofríos les recorrieron el cuerpo a ambos antes de que la sensación del orgasmo los cubriera por completo y los obligara a caer rendidos en la cama.

Sus respiraciones comenzaron a regularizarse, haciéndolos sentir un terrible cansancio, y siendo Jin el primero en caer rendido ante él. Cuando YoonGi notó que Jin se quedó dormido, logró apreciar el hermoso rostro que se encontraba junto a él: mejillas sonrojadas, labios hinchados de tanto ser besados, y lo que más le gustó, la marca rojiza recién hecha en el cuello de SeokJin.

Sin pensar mucho en lo que había pasado, YoonGi tomó una sabana y con ella se cubrió a él y a Jin, acercando más al menor hacia su cuerpo para así quedar profundamente dormidos. Después de todo, mañana seria otro día.

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Disculpen el mal lemon, en realidad no me gusta mucho, y además es la primera vez que escribo uno.

Por favor, ámame (SuJin/YoonJin)Where stories live. Discover now