XI

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Namjoon llevaba todo el día, no, mentira, desde la tarde anterior pensando en Jin. Había escrito no menos de mil mensajes a Hyungmin, la cual había respondido con evasivas. No quería que se viesen, y la urgencia que mostraba Nam no hacía más que acentuar el poco interés de ella.

–¡Diantres,Hyungmin!¡Necesito verte! –Maldijo entre dientes mientras se acercaba más el móvil a la cara, sujetándolo con las dos manos y tecleando con los pulgares. La chica de primaria que estaba a su lado en el metro le miró de reojo, pero él estaba concentrado en su teléfono. Frunció levemente el ceño al ver la nueva respuesta desinteresada de Hyungmin. Escupió otra maldición, y la chica de al lado se sobresaltó ante las soeces palabras. Tampoco eran tan fuertes, pero una palabrota era suficiente como para ponerle los pelos de punta a una niña. Escribió una furiosa respuesta, muy fuera de tono con las anteriores respuestas tranquilas. Hyungmin respondió al instante. "Si tanto quieres verme, ven ahora a casa". Nam suspiró y esbozó una sonrisa sarcástica."Estúpida, estoy trabajando", pensó. Tuvo que contenerse para no escribirle eso. En su lugar, le mandó alguna cosa tonta como"tengo que dar una clase. Quedamos esta tarde mejor? Por favor es bastante urgente". "Esta tarde voy a que me corten el pelo. Paso de ti". "Por favor, podrías cambiar la cita?". "Cambia tu clase". "No puedo, Hyungmin, o quedamos esta tarde y hablamos o te digo ahora mismo lo que te tengo que decir y te bloqueo, ok?". Hyungmin estuvo escribiendo un tiempo desmesurado para solo decir "a las siete en la puerta de la peluquería". Nam rió sarcásticamente otra vez y le mandó un simple "Ok". La chica de al lado vio el libro que llevaba sobre su regazo, girando la cabeza para leer el título.

–Oppa, ese libro me lo han mandado leer para el colegio. ¿Por qué oppa lo lee? Es para niños –. En situaciones normales, Nam habría contestado con una sonrisa, pero no estaba el horno para bollos.

–Soy profesor –. Contestó, cortante.

–¿Oppa es profesor? ¿No es oppa muy joven?

–Oppa es profesor privado –. Su respuesta casi podría haber cortado algo de verdad. A Nam le gustaban los niños, pero ese día en concreto no le gustaba nada ni nadie. Dio las clases de ese día intentando disimular su mal humor. Su primer alumno era un niño mimado y pijo que parecía burlarse de Nam por tener un nivel económico menor. La segunda alumna, una chica de 15 más salida que el pico de una mesa que se sentaba a su lado y le acariciaba la rodilla mientras hacía logaritmos. Había oído que su profesor anterior había dimitido después de que ella le metiese mano. Y también que rechazaba cualquier profesor mayor de 25 años o que no fuese atractivo. La tercera alumna, por suerte, era una chica muy mona, de 10 años, extranjera, que apenas estaba balbuceando sus primeras palabras en coreano. Era tremendamente lista, y aprendió a leer y a escribir en hangul en apenas una semana. Garabateaba su nombre, el de Nam y el de su perro Kiko en todas partes. Alegró un poco a Nam. Los siguientes dos alumnos, unos mellizos de 17, terminaron de alegrarle. Estaban empezando con los números imaginarios. Uno de ellos lo entendía todo a la primera, pero cometía errores como 7⁴=28. El otro no podía aprenderse las fórmulas, pero con las cuentas era un crack. Podía hacer de cabeza 350989:93 sin ningún esfuerzo. Eran como un equipo. Hasta llegó contento a su cita con Hyungmin. Desgraciadamente, Hyungmin era un completo dolor de cabeza. Nada mas verle llegar se puso a gritarle con su voz aguda.

–¡Llegas diez minutos tarde!

–Lo siento, Hyun... –Fue interrumpido.

–¡Ni lo siento ni leches! ¿Qué pasa? –Nam suspiró para mantener la calma.

–Creo que... esto no está yendo todo lo bien que debería ir...–Interrumpido.

–Quieres cortar conmigo, ¿Es eso?

–Si,Hyungmin, si. Es que no piens.. –Interrumpido.

–¿Y eso por qué? ¿Qué he hecho yo? ¡Te quiero, te cuido, he quedado aquí par...! –Ahora fue Nam quien le interrumpió a ella.

–¿Cuándo es nuestro aniversario, Hyungmin? –Hyungmin dudó, sin una respuesta que dar –. ¿Lo sabes, Hyungmin? Bueno, es el 25 de octubre. Exacto, llevamos cinco meses. ¿Cuándo es mi cumple? Es el12 de septiembre, y el 4 de mayo es el tuyo. ¿Cuál es mi comida favorita? La tuya son las brochetas de cordero. ¿Color favorito? Rosa. ¿Animal? El gato. No sabes nada sobre mí. Y deberías, ya que lo hemos hablado.

–Namjoon, ¿sabes por qué llevo esta pulsera? Por que me la diste tú, y eso que no me gustan las pulseras –. Le mostró una pulsera de plata. Nam casi gritó.

–¡Esa pulsera ni siquiera te la regalé yo! –Hyungmin pareció avergozada, tal vez por primera vez en su vida.

–Ah,¿no? –Sonrió nerviosamente. Nam rió.

–Me parece hasta gracioso como yo estuve tres días comiendo únicamente McDonald's al final de ese mes para comprarte la pulsera que ni siquiera te pones. Que ni siquiera sabes cual es.

–¡Kim Namjoon, no te atrevas a hablarme como si esta relación no me importara! –Ladró, deshaciéndose del rubor.

–¿¡Acaso te importa?! ¡Soy el único que pone algo de su parte en esta relación! ¡A ti te importa una mierda que quedemos dos veces a la semana o dos veces al mes! ¡Jin es mejor novio que tu y ni siquiera es mi novio! ¡Guarda todas nuestras fotos! ¡Se sabe mi cumpleaños,mi santo, el cumple de mis padres, el día mundial de mi animal favorito!

–Ah,¿es eso? ¿Te has vuelto maricón y ahora estás con esa nenaza arrogante?

–¡¿Y qué si estoy con él?! ¡¿Y qué si te digo que me he acostado con él y que lo hace tres mil veces mejor que tú?! ¡¿Ahora qué, eh?!¡Soy un maricón! ¿¡quieres seguir estando conmigo?¡

–¡Quedate con tu muerde-almohadas, hijo de puta!

–¡Encantado haré eso, Hyungmin! ¡Gracias por ser tan comprensiva!

–¿Comprensiva?¡Soy la chica mas comprensiva que vas a conocer en tu vida!

–¿Sabes lo qué te digo, Hyungmin? –Dijo Nam, recuperando su calma –. Que te vayas a la mierda –Se alejó de allí a grandes pasos. Hyungmin se quedó sola, con su ropa de marca valiendo menos que la ceniza. Porque, a sus 23 años, era la primera vez que alguien mandaba a la mierda a esa niñita pija y mimada.

֍֎֍


Namjoon recorrió tres manzanas completamente enloquecido. Cuando paró, miró pensativo su pantalón. El recuerdo de Jin y su trasero le había perseguido desde que le mencionó en la conversación... Bueno, discusión con Hyungmin. Y, con ese pensamiento, su cuerpo había contestado, empalmándose. Sabía que lo necesitaba para librarse del estrés. Pero no había tiempo de llamar a Jin. Redirigió sus pasos hacia casa de Jin, un poco lejos de ahí, pero no le importaba.

<수싀>

mejores amigos (Namjin)Where stories live. Discover now