「Dulce amargo」 Pt. 4

1.1K 196 17
                                    

Mo Xuanyu llevaba horas leyendo los manuscritos de Wei Wuxian. Mientras más lo hacía, más familiaridad sentía tener con él.

“¡Esta persona fue maravillosa!” pensó con cierto brillo en sus ojos, mientras continuaba con entusiasmo.

El escritor de aquellos libros parecía alguien muy inteligente, además que simpático y con un humor bastante singular. Debió ser alguien joven, pues tenía muchas incoherencias y fantaseaba demasiado.

Entre sus bastas hojas con escritos y proyectos funcionales, se encontraban una que otra tontería y mentira que no se podía ver a simple vista.

“La mejor manera de hacer crecer un pequeño rábano es enterrar su cuerpo bajo la tierra y dejar salir sus hojas al aire. Rocías un poco de agua en él, dejas que le lleguen los rayos del sol y ¡listo! Tu pequeño rábano crecerá grande y fuerte.”

Algunas frases no tenían sentido para él, pero de algún modo le causaban gracia. Sus dibujos desfigurados y sus letras desordenadas daban la impresión de haber sido plasmadas con entusiasmo, idea tras idea, de manera rápida.

¿Quién sería esa persona realmente? ¿Cuál era su motivación? Y ¿realmente era tan mala como todos decían?

Había preguntas que simplemente no tenían contestación, pero él no la necesitaba de todos modos.

Cuando Mo Xuanyu terminó de leer cada uno de los manuscritos, buscó a Jin Guangyao para entregárselos, pero al hacerlo, éste último se negó.

—¿Por qué no los conservas un poco más?— Mencionó Jin Guangyao.

—Ya he terminado de leerlos, hermano Yao, ¿no son importantes para la secta?

—Lo son, pero también es importante que aprendas todo su contenido.

—¿Lo es?

La expresión de Mo Xuanyu dejaba ver su falta de comprensión, lo cual le causó gracia a Jin Guangyao, quien conteniéndola asintió y respondió.

—¿Recuerdas tu falta de dominio con la espada y tu dificultad para sostener un arco?— Murmuró en tono suave, dirigiendo sus pasos a él.

—S-si...

—El patriarca Yiling tampoco usaba su espada o llevaba alguna arma consigo, pero aún así era el hombre vivo más temido de todos.

—¿Lo fue?

—Así es, y lo hizo gracias a todo lo que aprendió y todo lo que escribió.

Mo Xuanyu miró admirado los libros sobre sus manos, aferrándose a ellos mientras escuchaba el resto de sus palabras.

—Quiero que pongas en práctica todo lo que has aprendido. Estoy seguro de que podrás hacerlo.

Jin Guangyao posó una de sus manos sobre la cabeza de Mo Xuanyu, causando que éste último sonriera avergonzado y asintiera. Tras esto, se despidió con formalidad y salió de la habitación para buscar sus materiales y comenzar a practicar.

Recordando que Mo Xuanyu había tomado clases en dibujo y caligrafía, sus primeros intentos por dibujar talismanes y transcribir sus encantos fueron impecables.

Jin Guangyao siempre lo felicitaba por ello, halagando su puntualidad y la belleza de sus trazados. Era un don que él no tenía, lo cual hacía sentir aún más especial a Mo Xuanyu.

Un día, como era acostumbrado, Mo Xuanyu llevó sus resultados a Jin Guangyao, pero éste decidió posponerlo un poco. Él le presentó a una persona que aún no conocía, pero que según afirmaba, era un amigo cercano.

「Error」Donde viven las historias. Descúbrelo ahora