Selección I

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Al llegar a Hogsmeade el tren se detuvo y todos los estudiantes empezaron a bajar deprisa, esta cola de estudiantes iba encabezada por James Potter y Sirius Black, quienes caminaban con la cabeza bien alta con una sonrisa de insuficiencia y arrogancia en el rostro de ambos, demostrando lo orgullosos que estaban de por fin llegar al gran colegio Hogwarts de Magia y Hechicería. Siguieron caminando hasta que escucharon a un hombre bastante alto llamándolos.

—¡Los de primer año por aquí! ¡Los de primer año!

Ambos intercambiaron una sonrisa cómplice antes de seguir al hombre hasta los botes, un poco más atrás caminaban Remus y su nuevo amigo en silencio, en poco tiempo Peter se dio cuenta que Remus era alguien reservado y de poca habla, por lo que después de un rato de hablar prácticamente solo cambió de opción y optó por permanecer en silencio. Ambos caminaron hasta llegar a las barcas y se apresuraron a subir en una barca desocupada, tres personas más subieron a la embarcación y cuando ya todos estuvieron subidos el guardabosques subió al suyo y pronto los botes empezaron a moverse.

Al llegar a los terrenos de Hogwarts las barcas se detuvieron y todos los niños bajaron evitando caer al agua, aunque más de uno terminó con la túnica mojada. Hagrid los guió hasta las puertas del colegio donde los esperaba una mujer de mediana edad, alta de cabello negro, esta vestía una túnica verde y unos lentes cuadrados sobre la nariz, y por último llevaba un sombrero puntiagudo sobre la cabeza. A pesar de la sonrisa en su rostro todos comprendieron en el acto que esa mujer no era fácil de impresionar, ni tampoco de manipular. Todos la siguieron hasta unas enormes puertas en medio del pasillo, dentro se oían centenares de voces hablando, los niños empezaron a cuchichear entre ellos, la profesor se volvió hacia ellos y todos guardaron silencio en el acto.

—Yo soy la profesora y subdirectora Minerva McGonogall—Se presentó la mujer con acento escoces—Ahora bien, muchos ya lo deben saber, pero hay otros que no, en Hogwarts hay cuatro casas, Gryffindor, Hufflepuff, Ravenclaw y Slytherin, cada uno quedara seleccionado en una de las cuatro casas, esta casa y sus pertenecientes será su nueva familia, cada cosa que hagan, buena o mala se verá reflejada, si hacen algo bueno se le sumarán puntos y si hacen algo indebido se les restaran, al final el curso la casa con más puntos ganará la copa de las casas ¿alguna pregunta?—hizo una pausa en la que nadie habló, así que continuó—Bien, sin más preámbulo vamos, es hora de la selección—Dicho esto se dio la vuelta y abrió la puerta dejando ver una gran sala repleta de estudiantes.

Sirius y James intercambiaron una mirada cómplice antes de seguir a los demás dentro del gran comedor, a pesar de las historias que ambos habían escuchado de este lugar no se asemejaba en los más mínimo al lugar que miraban, al lo largo habían ubicadas cuatro largas mesas, las cuales estaban ocupadas por los estudiantes de cada casa, Slytherin junto a la puerta, Hufflepuff a la izquierda de esta, seguidamente estaba la mesa de Ravenclaw y por último y no menos importante estaba Gryffindor, al final de frente a las demás se encontraba una quinta mesa, la cual estaba ocupada por los profesores de las distintas materias, justo en el centro de esta mesa se encontraba un hombre de avanzada edad con gafas de media luna, James lo reconoció en el acto, había escuchado demasiadas cosas sobre él como para no hacerlo, Albus Dumbledore.

James paseó la vista por el techo, este mostraba el clima del exterior, era como si estuviera viendo el cielo realmente, por sobre sus cabezas habían cientos de velas las cuales flotaban sin llegar a tocar el techo.

Los niños se detuvieron al llegar al frente, la profesora McGonogall se alejó por un segundo y al volver traía consigo un viejo sombrero el cual se veía roto y remandado, la profesora caminó hasta el taburete que se encontraba enfrente de la mesa de los profesores; dejó el sombrero allí y se colocó a su lado. Un segundo después el sombrero se despertó y empezó a cantar.

 "Oh, podrás pensar que no soy bonito,

Pero no juzgues por lo que ves.
Me comeré a mí mismo si puedes encontrar
Un sombrero más inteligente que yo.
Puedes tener bombines negros,
Sombreros altos y elegantes.
Pero yo soy el Sombrero Seleccionador de Hogwarts
Y puedo superar a todos.
No hay nada escondido en tu cabeza
Que el Sombrero Seleccionador no pueda ver.
Así que pruébame y te diré
Dónde debes estar.
Puedes pertenecer a Gryffindor,
Donde habitan los valientes.
Su osadía, temple y caballerosidad
Ponen aparte a los de Gryffindor.
Puedes pertenecer a Hufflepuff,
Donde son justos y leales.
Esos perseverantes Hufflepuff
De verdad no temen el trabajo pesado.
O tal vez a la antigua sabiduría de Ravenclaw,
Si tienes una mente dispuesta,
Porque los de inteligencia y erudición
Siempre encontrarán allí a sus semejantes.
O tal vez en Slytherin
Harás tus verdaderos amigos.
Esa gente astuta utiliza cualquier medio
Para lograr sus fines.
¡Así que pruébame! ¡No tengas miedo!¡Y no recibirás una bofetada!
Estás en buenas manos
(aunque yo no las tenga).
Porque soy el Sombrero Pensante."

Al terminar la canción el comedor entero rompió en aplausos, cuando al fin los aplausos cesaron la profesora McGonogall tomó un largo trozo de pergamino con el nombre de todos los niños y empezó a llamar.

—Aaren, Sophie.

Una niña pequeña, de aspecto asustadiso empezó a caminar hasta el taburete, al tomar asiento la profesora McGonogall colocó el sombrero en su cabeza, después de un par de segundos la niña fue seleccionada Hufflepuff, llamaron a dos niños más, uno Slytherin y otro Hufflepuff, y le tocó el turno a Sirius, James le dió su apoyo con una sonrisa mientras este subía al taburete y le colocaban el sombrero sobre la cabeza.

—Vaya, que tenemos aquí, Sirius Black, la mayoría de tu familia fue Slytherin, lo sé, yo los puse ahí, pero no pareces ser como ellos ¿o si?

Sirius no contestó, por un segundo su mirada vagó por la mesa de las serpientes, podía reconocer a muchos de sus integrantes, muchos eran familiares o amigos de la familia, Sirius no quería el odio de su familia, pero no estaba seguro de ser capaz de pagar el precio a cambio de la admiración de su familia.

—Jumm, interesante, no los quieres en tu contra, pero no quieres ser uno de ellos, he visto muchos casos como el tuyo, supongo que la mejor opción para ti será...

—Gryffindor—suplicó Sirius en voz baja.

—¿Gryffindor? Serás la oveja negra de tu familia.

Sirius clavó su mirada en Andrómeda Black antes de asentir.

—Lo sé.

—Bien, si así lo quieres...¡Gryffindor!

Los MerodeadoresWhere stories live. Discover now