FINAL PARTE 1

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NARRA AMARIS.

Me sentía ansiosa, quería llegar de una vez y el incómodo silencio de la camioneta no ayudaba en nada. Se había propuesto ir corriendo si Alaric no presionaba el acelerador más a fondo. Pero el no lo hacía, y ciertamente, tampoco se detenía a dejarme bajar. Niklaus se veía satisfecho aunque no lo decía. Tenía mis sospechas acerca de cuanto sabía él de mi plan. Del plan de los ancestros. Y me preguntaba ¿Cambiarían en algo las cosas?¿Niklaus evitaría que yo muriese para salvar a Jade.

En algún momento el había sentido algo por mi. Pero, no estaba segura de si lo había sentido por Jade y deseaba que fuese así.

Y me había quedado tan absorta pensando en el futuro que yo no tendría. En las vidas que tendrían mis hijos. Y en sus hijos. Yo no participaría en nada de ello.

—Espera —Alaric detuvo la camioneta en seco por la voz de Caroline —. ¿Estas seguro que estamos en la dirección correcta?

Niklaus gruño y asintió.

—¿Que pasa? —Me atreví a preguntarle.

—No escucho nada, y se supone que ya debíamos estar en el lugar.

Frunci el ceño. Era cierto. Niklaus pareció notarlo también.

Intente prestar atención. Agudice los oídos intentando oír algo, y si lo hice. Pero lo que escuché fue una discusión del resto de la familia. Estábamos en la dirección correcta, al menos la que Esther había encontrado.

—¡Elijah!

Sabía que no era necesario que Niklaus gritase. Se me paso por la cabeza que tal vez habría estado buscando una excusa para hacerlo.

Elijah, Rebekah, Freya y Kol aparecieron en frente del auto. Marcel se quedó atrás con muchos vampiros más que yo no conocía y no veía necesario preguntar el porqué.

—Creo que nuestra madre nos engañó.

Ciertamente, yo también lo creía. Y nuevamente la desesperación de saber donde estaba Jade me calcomia desde dentro

De pronto me sentía en una especie de ilusión, en donde me estaba hundiendo en mis propios pensamientos, quería saber, quería buscar un culpable. Quería ir y arrancarle la cabeza a Esther. Un ligero cosquilleo en la cien me hizo reaccionar, los ancestros no estaban felices con mis pensamientos.

—No —Freya estaba con los ojos cerrados y con una mano extendida hacia el suelo —. Estuvieron aquí.

—¿Hace cuanto?

Freya fruncio el ceño mientras todos nosotros esperábamos impacientes.

—Una hora exagerando. No voy a poder localizarle. Ella nos trajo aquí para distraernos.

Me bajé de la camioneta.

—Ella sabía que vendriamos.

Freya asintió y se mostró decepcionada de ella misma. Intenté concentrarme.

El ambiente estaba cargado de magia oscura, la conocía ya muy bien. Inadu había hecho algún tipo de hechizo que le obligó a usar una gran cantidad de magia. Junto a ella había algo más, pero no pude reconocerlo. Tal vez el viento ya se estaba llevando aquel rastro, pero era muy parecido a la magia. Sólo que está era diferente. Y junto a ella estaba el aroma de Jade. El de Zhoemi no podía sentirlo, pero era normal para un humano.

—Creo que puedo seguir su rastro.

Empecé a olfatear con más ahínco el aire, encontrando una dirección que nos adentraba en una zona oscura.

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