EPÍLOGO.

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NARRA AMARIS.

Una semana, había pasado una semana.

Aún no había ingerido nada de sangre, no había salido de la cabaña, y nadie había venido a buscarme.

Y no podía culpar a nadie. Los originales había terminado casi tan mal como yo. Pero ninguno podía sentir como el pecho se rompía en casa momento que pensaba en ella, y eso era a casa segundo. Me había quedado dormida mientras lloraba y despertaba de la misma forma. Los ojos me ardian y la cabeza también. Jade ni siquiera había salido de su habitación, ni siquiera tuve el valor de preguntarle nada. No podía mirarle, su rostro tan pareció al de Zhoemi.

No parecía real, nada parecía real. Todo el mundo se había detenido y yo sentía como si en algún momento Zhoemi aparecería. Y después me daba cuenta que era la idea más estúpida que tenía, pero era lo único que me mantenía maso menos cuerda.

Tuve la tentación de golpear a la puerta de Jade durante la noche. Sin embargo, alguien más tocó la puerta de la cabaña. En plena noche.

Ni siquiera me había preocupado. Inadu se había ido igual que Zhoemi, y ya no habi peligros. Y de haberlo, no me habría importado abrir la puerta y salir del campo de fuerza, no me habria importado estar así de débil. Después de todo, había entendido que habían peores cosas que la muerte. Y ahora sólo podía pensar en que hubiese sido yo quien muriese. Yo, no Zhoemi. No Jade, ni siquiera Hope.

Espere totalmente quieta, tal vez había sido producto de mi imaginación. Después de unos segundos, la puerta volvió a ser golpeada.

Me metí en el baño y me enjuague a penas el rostro. No servía de mucho, mis ojos seguían rojos y adoloridos. Pero al menos ya no habían rastros de lágrimas. Cuando volví al pasillo descubrí que Jade no se había asomado. Solté un suspiro e intente darme algo de valor. Ni siquiera me moleste en supervisar el aroma de el visitante. Sólo abrí la puerta.

Del otro lado estaban Hayley y Hope, la menor tenía una sonrisa triste y los ojos rojos. Hayley estaba con ojeras.

—Lo siento, creímos que no era hora de visitas pero, es el único momento en el cual nadie está vigilando a Hope.

Asenti y me abrigue aún más con el manton, me abrace el cuerpo.

—De todas formas estaba despierta.

Mi voz sonaba ronca, delgada, rota y sin vida. Pero, se sentía aliviante poder decir alguna palabra a alguien.

—¿Podemos pasar?

Quise invitarlas, pero no podía. Jade debía ser quien las invitase y dudaba mucho que le agrade ser despertado tan noche.

—Lo siento, el está durmiendo.

Hayley entendió y le lanzó una mirada a Hope algo reprovatotia.

—¿Que sucede?¿Están bien?

Fije la mirada en Hope especialmente, esperando encontrar algún síntoma de que algo no estuviese bien, ella negó inmediatamente con la cabeza.

—Sólo quería venir a ver como estaban.

El nudo en mi garganta volvió. Precio me la puerta contra mi cadera sutilmente, el ligero dolor evitó que nuevamente las lágrimas llegarán.

—Jade todavía está asimilandolo, creo.

Por puro instinto voltee a ver la puerta de su habitación.

—¿Y tú?¿Estás bien?

Hayley le pasó un brazo por encima de los hombros a Hope cuando una brisa llegó. Mi estómago se encogió. Esas podríamos ser Zhoemi y yo.

Wake upWhere stories live. Discover now