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Inhaló profundamente cuando pasó a un lado del Alfa para llegar a su lugar. Naranja, nuez y un ligero toque de duraznos era su olor, su pequeña nariz se arrugó al sentir ese delicioso aroma mezclado con el asqueroso olor a rosas que la Omega a un lado liberaba.

Tres semanas habían pasado desde que Fushimi Saruhiko llegó.

Durante esos días lo observó en la distancia, en más de una ocasión lo atrapó mientras lo observaba, esperaba que le dijera algo pero no fue así, ni siquiera se había dignado sostener la mirada por más de tres segundos, su mirada azul solo lo hacía sentir pequeño e insignificante.

Lo observo una vez más, la Omega a su lado hablaba sin parar y él no le prestaba atención, su mirada se encontraba fija en su celular y ocasionalmente asentía a lo que la rubia Omega decía.

Había algo que impedía que dejará de observarlo y que quisera saber un poco más sobre él. Su Omega quería comportarse lindo y adorable ante el Alfa, sin embargo su lado humano se negaba a hacerlo causando un conflicto entre esas dos partes.

-Señor Yata, ¿escuchó lo que acabo de decir? -la fuerte voz de su profesor lo sacó de sus pensamientos.

-Yo… yo, lo siento -sintió sus mejillas arder cuando todas las miradas se posaron sobre él, especialmente aquella mirada azul que ocasionaba enredos en su interior.

Se encogió en su lugar, detestaba a su Omega y sus constantes y estúpidos pensamientos en querer ser el Omega de ese Alfa.

Fushimi nunca se interesaría en un Omega como lo es él, nadie lo haría.

El perfecto Omega [Sarumi/K-project]Where stories live. Discover now