El perfecto Omega [Sarumi/K-project]

🍑E🍑

Se desconecta por un instante de la conversación que la pareja tiene.

-Espera en el auto, tengo algo que hacer. Cuando lleguemos a casa descansaremos -ahora puede escuchar la voz cálida del Omega al dirigirse a ese Alfa.

Una cálida voz que hace algún tiempo fue dirigida a él. No es consciente de cuando son dejados a solas.

Se imagina como sería llegar de casa y estar en compañía de Misaki, como una pareja en un acogedor hogar. Recuerda cada noche en su departamento, la sala vacía, tener un horario de diez horas los siete días a la semana, apenas comer y dormir para llegar a un vacío y frío lugar donde apenas puede descarsar de su agotadora rutina.

El dinero, su estatus no importan, el alcohol es su único acompañante en esas solitarias noches donde su Alfa ruega por la presencia de su otra mitad.

La expectativa que tenía de su recuentro con el Omega parece de pronto golpearlo con la realidad, sus piernas no lo soportan así que termina por ceder para sentarse en la camilla junto a Misaki.

El dulce aroma del Omega apenas se percibe.

Se siente abrumado por los recuerdos del pasado y de la repentina presencia.

-La culpa es una maldita perra, ¿no? -su voz nuevamente suena fría y distante -muchas veces me pregunté porque el destino y la madre luna eran quienes elegían nuestra pareja, creí que todo eso era un cuento que las madres solían decir a los cachorros -ahora se sentó en la orilla de la camilla -sin embargo aquello cambio...

-Cuando nos conocimos -el Alfa lo interrumpió.

-Si, fuimos destinados porque el universo así lo quizo. -sus piernas se balancearon de un lado a otro -Nunca quise ser un Omega, aceptar todos los estereotipos y reglas que debí seguir como uno y pesé a eso cuando nos conocimos quise ser un bonito, dulce y perfecto Omega.

-Tú eras perfecto así -no podía levantar la mirada de sus manos.

-No lo era para ti -la cabeza del azabache se movió de un lado a otro negando.

-Lo eras, yo no quería verlo así. Fui tan terco y egoísta.

-Eramos jóvenes, no supimos como enfrentar lo que fue destinado para nosotros. Ahora... -se mordió el labio, era difícil hablar de todo aquello con esa persona -ahora no soy un Omega completo y está bien.

Saruhiko levantó la mirada para ver el triste rostro del pelirrojo.

-¿Qué.. Qué es lo que pasó?

-No importa ahora. Me fui porque era necesario, necesitaba recuperarme, sanarme, amarme.

-Yo fui el culpable Misaki.

El ojiámbar negó.

-Ambos lo fuimos Saruhiko, no supimos como actuar. Nos lastimamos y lastimamos personas a nuestro alrededor.

Trató de tranquilizarse, tener a Misaki y su suave aroma inquietaba a su Alfa.

-Fui un idiota, nunca debí de tratarte de esa manera, no debí de actuar como lo hice -sentía sus manos temblar.

Escuchó como los zapatos del Omega chocaron contra el blanco piso, esas pequeñas manos se deslizaron lentamente por su rostro acunando sus mejillas.

-Mírame, yo no te odio ni te guardo rencor -se encontró con esos preciosos ojos ámbar viéndolo con cariño -cometimos errores en el pasado, los cuales conforman lo que somos ahora. Mírate, ahora eres un éxitoso doctor y Director de esté gran hospital -sintió su cálido tacto acariciarlo lentamente -nuestros caminos se separaron, se volvieron a unir y ahora se separaran de nuevo...

-No...

-Si lo harán. Seguirá doliendo estar separados porque inevitablemente nuestro destino es estar juntos. Prometeme que trataras de ser feliz, Saruhiko.

-No puedo hacerlo sin ti.

Una pequeña sonrisa adornó el rostro del pelirrojo.

-Solo se feliz, Saruhiko. Y tal vez el destino te llevé a tu perfecto Omega.

Y su mejilla quemó ante el roce de los labios del Omega, las lágrimas se deslizaban por su rostro, su mirada quedó perdida en la gran puerta de salida donde la figura del Omega desapareció.

𝐹𝐼𝒩

El último capítulo, hace tanto tiempo que comencé con está historia. Gracias a quienes seguieron leyendo, votando y comentado.

Espero que el final les guste y que las historias sobre esta preciosa pareja continúen.