🍑V🍑

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Si existía algo en el mundo que le gustará hacer sin duda sería cocinar.

El pelirrojo Omega ese sábado en la mañana decidió que haría unas galletas para el Alfa y compartirlas con él cuando llegará a su casa para continuar con el proyecto.

Su omega se encontraba feliz y optimista, su madre salió de viaje por su trabajo así que tenía la casa sola, feromonas de felicidad se esparcieron por todo el lugar. Observo el reloj y corrió a cambiarse a su habitación.

Cuando terminó de vestirse observó su reflejo en el espejo, había escogido un suéter color melón y unos simples jeans azules, no estaba acostumbrado a vestirse de esa manera, se veía demasiado lindo y dulce para su gusto, sacudió su cabeza, porque tenía que aceptar todo lo que su Omega quería hacer.

El timbre sonó y su corazón se agitó.

Se ubicaron en la sala, no hablaban mucho sólo lo necesario, su Omega se sentía triste porque el Alfa de nuevo no lo veía.

Las galletas que con tanto esmero y felicidad había horneado se encontraban abandonadas en la pequeña mesa que adornaba el centro de la sala.

Dos horas pasaron, tan sólo quería que el Alfa se marchará y a la vez que se quedará.

Las orejas de su Omega se levantaron cuando el pelinegro tomó una de las galletas, observó como la comía y tomaba otra y después otra más, su Omega agitó su cola de un lado a otro.

-¿Te gustaron? -preguntó con algo de miedo.

-Hum si, ¿dónde las compraste? a mi madre le encantarían.

Negó con la cabeza -Yo las hice -le regaló una pequeña sonrisa.

-No pareces la clase de Omega que... -espero a que continuará -olvidalo -no quería hacer sentir mal a ese Omega.

-No parezco la clase de Omega que cocina, lindo, sumiso, etc. la clase de Omega perfecto que todos los Alfas quieren, ¿no? -trató de que su voz no saliera rota.

-No dije eso, eres diferente y está bien serlo.

Su instinto de Alfa le dijo que aquel Omega ojiámbar necesitaba de consuelo así como también su Alfa se lo decía en su interior.

Por primera vez dejo que su Alfa lo guiará, se acercó a Misaki y lo abrazó, sintió como se sobresalto y como a los pocos segundos le correspondió y su nariz se encontraba en su cuello.

Imitó la acción del Omega y escondió su nariz en el cuello contrario, inhalando el dulce aroma que desprendía, su Alfa se sintió tranquilo como hace tanto tiempo no lo estaba, recorrió de arriba a abajo sintiendo la suave piel.

El timbre del celular del ojiazul los interrumpió causando que se separaran.

-Es Douhan yo... -lo interrumpió.

-Lo entiendo, nos vemos después.

Lo acompañó a la puerta. Antes de que el pelinegro se marchará se detuvo.

-Lo siento no debí abrazarte, no sé que me pasó -su Alfa se negaba a marcharse.

-No importa, nos vemos en clases.

Cerró la puerta y observó a través de la ventana como el ojiazul se marchaba.

No importó que la rubia Omega lo llamó porque todo dejó de importar cuando recordó que el Alfa lo sostuvo entre sus brazos.

Una gran sonrisa adorno su rostro y comenzó a saltar al igual que su Omega.

El perfecto Omega [Sarumi/K-project]Where stories live. Discover now