🍑L🍑

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Toma una bocanada del cigarro que descansa entre sus temblorosos dedos.

Necesita volver a tocar la suave piel de Misaki, besar sus dulces labios y respirar su delicioso olor, no para de temblar, se siente terriblemente ansioso.

Espera impacientemente en su auto, cuando siente su respiración detenerse, su lobo gruñe desesperado y dolido, lagrimas se acomulan en su ojos.

Está hecho.

Minutos después se encuentra en la entrada principal de la Universidad.

-¿Dónde está? -gruñe a uno de los tontos Alfas que usualmente molestan al pelirrojo.

-En el salón de música -observa el moreton y los rasguños en el rostro de Mark.

-No te pasate, ¿cierto?

-No, aunque siempre le he traido ganas pero no pude, no es alguien fácil.

Sin decir ninguna palabra más avanza por los pasillos, la Universidad casi se encuentra vacía porque es viernes y todos huyen para salir, se topa con uno o dos alumnos que ignora.

Toma aire antes de girar el pomo de la puerta del salón de música.

Observa al Omega en una esquina del salón, con la ropa desarreglada, su cabello revuelto y sollozando.

La culpa lo envuelve, su Alfa quiere correr a abrazar y consolar al Omega, camina hasta encontrarse frente a él.

-Misaki -su voz sale más ronca de lo que esperaba.

Su cuello es envuelto por los brazos del pelirrojo que esconde su rostro en la curvatura de su cuello, arruga su nariz molesto al sentir el olor de otro Alfa en él así que permite que se impregne de su olor mientras su mano viaja por su espalda de arriba hacia abajo.

-Te llevaré a casa.

Durante el trayecto ninguno de los dos hablan, el Omega sigue soltando suaves sollozos hasta quedarse dormido.

Al llegar Saruhiko revisa la mochila del pelirrojo buscando sus llaves para abrir la puerta de su casa.

Abre cuidadosamente dándose cuenta de que la madre del Omega no se encuentra.

Entra con cuidado mientras aún carga al pelirrojo, se dirige a la sala y lo recuesta en uno de los sillones, toma la manta que recuerda se encuentra en uno de los sillones pequeños y lo cubre.

Y es ahí donde se da cuenta de la fea mordida en el cuello de Misaki, una que es temporal, una que él mismo causó y que su lobo también observa dolido.

Se encuentra ya fuera de la casa del ojiámbar, en su auto donde golpea una y otra vez el volante.

Es un maldito estúpido.

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El perfecto Omega [Sarumi/K-project]Where stories live. Discover now