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Saruhiko leyó detenidamente el e-mail urgente que le envío el detective privado que contrato desde hace algún tiempo.

Buenas noches señor Fushimi, le informo que el joven Yata Misaki ahora Kim Misaki regresó a su ciudad de origen.

Anexo imágenes y ubicación.

En las fotos podía ver al Omega con el cabello un poco más largo de lo que recordaba entrando a un restaurante que estaba próximo a abrir y que al parecer era propiedad de su padre.

Quería correr a donde estaba, lo peor que haría sería actuar de manera imprudente e impulsiva, tenía que mover sus cartas con cuidado.

La puerta de su oficina fue tocada para que después se asomara una rubia cabellera, Douhan estaba ahí.

-Hola -caminó tranquila para sentarse elegantemente en la silla que se encontraba frente a él -te estuve esperando desde hace veinte minutos, quedamos en ir a comer y en que te presentaría a alguien.

Saruhiko levantó levemente sus gafas para apretar el puente de su nariz, otra de esas migrañas estaba por atacarlo.

-No quiero ir a comer y no me interesa conocer a "alguien" -soltó sin ganas.

-Vamos, ya sabes que tu madre no nos dejará en paz sino llevas a alguien en su cumpleaños.

-Misaki está de vuelta -se sentía agobiado por la noticia así que quería compartir con su mejor amiga sobre ello.

-¿Qué?, ¿Cómo? Pensé que él...

-Él regreso, y eso nunca fue una posibilidad lo sabes bien.

-¿Y qué haces acá?, ¿No tendrías que estar cómo loco buscándolo?

-No es tan fácil -se recostó en su suave respaldo -yo no hice cosas buenas en el pasado, no lo traté bien, no creo que quiera verme.

La rubia se acercó al escritorio entrelazando sus manos para apoyar su mentón en ellas.

-¿Qué harás? -preguntó después de observarlo por unos minutos.

-No lo sé, solo sé que quiero verlo.

Quitó las gafas para dejarlas descansar sobre su escritorio, llevó sus manos a su cabello jalando un poco de el.

Su lobo se encontraba inquieto queriendo salir en busca de su Omega, rasguñando y gruñendo en su interior.

Escuchó como los tacones de la Omega resonaban en el mármol hasta que se detuvieron donde suponía que estaba su cafetera, deseo tanto un café que lo tranquilizara en esos momentos.

El aroma de café recién hecho se apoderó de la habitación que lo hizo abrir los ojos, la rubia se encontraba de espalda observando a través de la gran ventana.

-Creo que tendrás mucho trabajo hoy.

Una tras otra ambulancia comenzaron a llegar al igual que el hospital se volvía un caos.

Sirvió dos tasas de café para pasarle una al pelinegro. Al momento que su tan anhelado liquido entraría a su sistema su puerta fue abierta.

Una castaña Omega entró.

-Jefe -le hizo una leve reverencia en saludo para la rubia -reportan un accidente de tránsito; doce heridos, dos Betas, tres Omegas y siete Alfas.

-En cuanto tengas todos los registros los traes de inmediato.

Lo que menos quería hacer en el día era tratar con más personas y aún peor si estaban llorando o histéricas.

-Bien tienes trabajo, así que me voy.

Antes de que saliera giró levemente para ver a su amigo.

-Piensa lo que harás y hazlo bien o lo perderás de nuevo -tras decir aquello se marchó.

Observó su blanca puerta tras la salida de la Omega, una extraña sensación de angustia se apoderó de su pecho al pensar nuevamente en Misaki.

Su Omega.

XxxX

Quedan dos capítulos más para que esto termine.

El perfecto Omega [Sarumi/K-project]Where stories live. Discover now